En ruta hacia Marte con escala en la Luna


¿Por qué colonizar la Luna antes de ir a Marte? Los científicos de la NASA explican sus razones

Marte(NC&T/Science@NASA) La NASA tiene una nueva visión de la exploración espacial: en las próximas décadas los seres humanos aterrizarán en Marte y explorarán el planeta rojo. Visitas cortas llevarán a permanencias más largas y, quizás algún día, a colonias. En primer lugar, sin embargo, regresaremos a la Luna.


¿Por qué a la Luna antes que a Marte?


"La Luna es el primer paso natural", explica Philip Metzger, un físico del Centro Espacial Kennedy de la NASA. "Está cerca. Podemos practicar viviendo, trabajando y haciendo experimentos científicos allí antes de hacer viajes mas largos y arriesgados a Marte".

La Luna y Marte tienen muchas cosas en común. La Luna tiene sólo la sexta parte de la gravedad de la Tierra, Marte tiene la tercera. La Luna no tiene atmósfera; la atmósfera marciana está sumamente enrarecida. La Luna puede alcanzar temperaturas muy frías, tan bajas como -240 grados C a la sombra; Marte varía entre 20 y -100 grados C.

Algo aún más importante: ambos cuerpos están cubiertos con un sedimento fino de polvo llamado "regolito". El regolito de la Luna fue creado por el incesante bombardeo de micrometeoritos, rayos cósmicos y partículas de viento solar que trituraron las rocas durante miles de millones de años. El regolito de Marte es el resultado de los impactos de meteoritos masivos e incluso asteroides, además de años de erosión diaria del agua y del viento. Hay lugares en ambos mundos donde el regolito tiene más de 10 metros de profundidad.

La operación de equipos mecánicos en presencia de tanto polvo es un reto extraordinario. Justo el mes pasado, Metzger co-presidió una reunión con el tema: "Materiales granulares en la exploración lunar y marciana", en el Centro Espacial Kennedy. Los participantes debatieron asuntos variados: desde el transporte básico ("¿Qué clase de neumáticos necesita un vehículo terrestre espacial?") a la minería, ("¿A qué profundidad se puede excavar antes de que la zanja se hunda?"), pasando por las tormentas de polvo, tanto naturales como artificiales, ("¿Cuánto polvo provocará un cohete al aterrizar?").

Contestar a estas preguntas no es fácil desde la Tierra. El polvo lunar y marciano es tan... ajeno a este mundo. Haga esto: pase un dedo por la pantalla de su computador. Obtendrá un pequeño residuo de polvo pegado a la punta del dedo, es suave y granular, es el polvo de la Tierra.

El polvo de la Luna es diferente: "Es casi como un conjunto de fragmentos de cristal o de coral, extrañas formas que son afiladas y que encajan entre sí", dice Metzger.

Apolo 17
Surcos de polvo de los neumáticos del vehículo lunar, conducido por el astronauta del Apolo 17 Gene Cernan. Estas "colas de gallo" de polvo causaron problemas que los astronautas solucionaron usando cinta adhesiva (Foto: NASA)
Incluso después de los cortos paseos por la Luna, los astronautas del Apolo 17 encontraron partículas de polvo que habían cubierto las articulaciones del hombro de sus trajes espaciales, dice Masami Nakagawa, profesor asociado en el departamento de ingeniería minera de la Escuela de Minas de Colorado. El polvo lunar penetró en las juntas causando pérdida de presión en los trajes espaciales.

En las áreas iluminadas, añade Nakagawa, el polvo fino levitaba por encima de las rodillas de los astronautas del Apolo, e incluso por encima de sus cabezas, porque las partículas individuales estaban electrostáticamente cargadas por la luz ultravioleta del Sol. Tales partículas de polvo seguían la trayectoria hacia el hábitat de los astronautas donde eran transportadas por el aire e irritaban sus ojos y pulmones. "Potencialmente, es un problema serio".

El polvo está también omnipresente en Marte, aunque el de éste probablemente no sea tan áspero como el de la Luna. La erosión suaviza los bordes. Sin embargo, las tormentas de polvo marcianas azotan esas partículas a 50 m/s, desgastando y horadando todas las superficies expuestas. Como los vehículos Spirit y Opportunity han revelado, el polvo marciano (como el lunar) probablemente está cargado eléctricamente. Se adhiere a los paneles solares, oculta la luz solar y reduce la cantidad de energía que puede ser generada por una misión en la superficie.

Por estas razones la NASA está financiando el "Proyecto sobre el polvo de Nakagawa", un estudio de 4 años, dedicado a encontrar caminos para mitigar los efectos del polvo en la exploración robótica y humana, abarcando desde diseños de filtros de aire, a capas con una delgada película que repele el polvo de los trajes espaciales y de las máquinas.

La Luna es también un buen campo de pruebas para lo que los planificadores de la misión llaman "utilización de recursos in situ" (ISRU, en inglés), es decir, "vivir de la tierra". Los astronautas en Marte van a querer explotar ciertos materiales puros de las cercanías: oxígeno para respirar, agua para beber, y combustible para los cohetes (esencialmente oxígeno e hidrógeno), para el viaje de regreso. Podemos intentar esto primero en la Luna, dice Metzger.

Se cree que ambos, la Luna y Marte, albergan agua helada en el interior. La evidencia de esto es indirecta. Las naves de la NASA y de la ESA han detectado hidrógeno, presumiblemente el H de la molécula H2O, en terreno marciano. Posibles depósitos de hielo van de los polos marcianos hasta casi el ecuador. Por otro lado, el hielo lunar está localizado cerca del norte de la Luna y en el Polo Sur, en el interior de los cráteres donde el Sol nunca llega, de acuerdo con datos similares del "Lunar Prospector" y el "Clementine", dos naves espaciales que hicieron mapas de la Luna a mediados de los 90.

Si este hielo pudiera ser excavado, derretido, y descompuesto en hidrógeno y oxígeno... Voilà! Reservas instantáneas. El Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA cuya fecha de lanzamiento es el 2008, usará modernos sensores para buscar depósitos y señalar posibles sitios de excavación.

"Los polos lunares son lugares fríos, por lo que hemos estado trabajando con gente que está especializada en sitios de este tipo para entender cómo aterrizar en el terreno y excavar dentro del permafrost para extraer agua", dice Metzger. Entre los principales socios de la NASA hay investigadores del Laboratorio de Investigación e Ingeniería de las Regiones Frías (CRREL, por sus siglas en inglés) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Los retos incluyen maneras de construir hábitats en terrenos ricos en hielo y de aterrizar cohetes sin que su calor funda el hielo porque entonces éstos, teniendo en cuenta su peso, se hundirían.

Probar toda esta tecnología en la Luna, la cual está a sólo 2 ó 3 días desde la Tierra, va a ser mucho más fácil que en Marte, a seis meses de distancia.

Así que... ¡a Marte! Pero primero, a la Luna.

Fuente: Solociencia.com

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