Percepción extrasensorial


Se llama percepción extrasensorial a la habilidad de adquirir información por medios diferentes a los sentidos conocidos: gusto, vista, tacto, olfato, oído, equilibriocepción y propiocepción. El término implica fuentes de información desconocidas por la ciencia. La percepción extrasensorial se denomina a veces sexto sentido (pues vendría tras los cinco primeros enumerados, que se consideran los cinco sentidos «clásicos»).


Tipos de percepción extrasensorial

Percepción de sucesos que ocurren en otros lugares (clarividencia, clariaudiencia, etcétera) y en otros momentos (precognición, retrocognición, segunda vista). Percepción de aspectos sobre personas que otros normalmente no perciben (lectura del aura).

La habilidad de recibir comunicaciones y comunicarse con gente que se encuentra en lugares lejanos (telepatía), más allá de la muerte (médiums, séances, experiencias extracorpóreas) o en otras dimensiones (proyección astral).

El estudio de estas habilidades, llamado parapsicología, investiga también otros supuestos fenómenos de naturaleza similar como la psicometría y la psicoquinesis, asociados con frecuencia con la percepción extrasensorial.

Se llama psíquico a la persona que dice ser capaz de usar la percepción extrasensorial u otros de poderes psíquicos.


Percepción extrasensorial e hipnosis

Cuando Franz Anton Mesmer y Grigori Rasputin popularizaron la hipnosis por primera vez, apareció la leyenda de que una persona hipnotizada era capaz de experimentar capacidades extrasensoriales. Carl Sargent, un profesor de psicología de la Universidad de Cambridge, supo de las primeras afirmaciones que relacionaban la hipnosis con la percepción extrasensorial y diseñó un experimento para comprobar si eran dignas de crédito. Reclutó a 40 estudiantes universitarios, ninguno de los cuales se jactaba de poseer habilidades extrasensoriales, y los dividió en dos grupos, uno que sería hipnotizado antes de someterse a pruebas con un mazo de cartas Zener y un grupo de control que sería sometido a pruebas con las mismas cartas. Los sujetos de control promediaron una marca de 5 sobre 25, exactamente de acuerdo a lo que la probabilidad indica. Los sujetos que fueron hipnotizados promediaron más del doble, con un puntaje de 11,9 sobre 25. La interpretación de Sargent sobre este experimento fue que la percepción extrasensorial se asocia con un estado mental relajado y un nivel de conciencia más liberado. Los escépticos creen que los experimentos de Sargent carecían de los controles adecuados.


Debate sobre la existencia de la percepción extrasensorial

Partidarios de la existencia de la percepción extrasensorial señalan los numerosos estudios científicos que parecen ofrecer evidencias de la existencia del fenómeno: el trabajo de J. B. Rhine, Russell Targ, Harold E. Puthoff y los físicos de SRI internacional en los años 1970 son citados a menudo en las discusiones que dicha existencia. Sin embargo, libros tales como The Truth About Uri Geller (‘La verdad sobre Uri Geller’) de James Randi, que examina las afirmaciones del citado psíquico, sostienen que estos estudios no fueron realizados con controles científicos apropiados, y que cuando supuestos psíquicos como Geller son puestos a pruebas bajo tales controles, no muestran la capacidad de obtener resultados mejores que los imputables al azar. Sin embargo, las credenciales de James Randi como observador científico desinteresado han sido puestas en cuestión.[cita requerida].

El estudio de la percepción extrasensorial sufre una gran carencia de escépticos que sean tanto emocionalmente desinteresados como poseedores de las credenciales adecuadas para evaluar los resultados. Dicho espíritu crítico es extremadamente valioso en cualquier campo científico, porque permite que los experimentos sean refinados hasta el punto en que la evidencia llega a ser irresistible. Uno de los pocos escépticos considerado imparcial y capacitado por parapsicólogos y escépticos es Ray Hyman.

En general, algunos estudios sobre percepción extrasensorial no han logrado hallar evidencia alguna de la existencia del fenómeno, y unos pocos de ellos que han producido la evidencia aparente de su existencia son inválidos por fraude o defectos metodológicos. Sin embargo, los métodos de laboratorio para probar la percepción extrasensorial han sido objeto de redondas series de críticas, después de lo cual los parapsicólogos mejoraron sus métodos de prueba. Muchas de estas mejoras fueron dirigidas a prevenir que los sujetos a estudio pudieran engañar u obtener consciente o inconscientemente información que pudiera sesgar los resultados de los estudios. Sin embargo, en contra de la predicción de los escépticos, los estudios sobre percepción extrasensorial han seguido produciendo resultados estadísticamente significativos, a pesar de las mejoras en la metodología. Así, estos últimos años incluso muchos escépticos de la parapsicología han tenido que admitir que estos fenómenos merecen mejor financiación e investigación adicionales[cita requerida]. Pero muchos investigadores de la percepción extrasensorial afirman que es un tema tabú en las comunidades científica y materialista/racionalista, lo que resulta en barreras sociológicas más que científicas a la investigación, y en la negación de la financiación de más estudios y desarrollo teórico.


Dificultad de prueba

Se ha sugerido, ante la carencia de resultados positivos y reproducibles, que la percepción extrasensorial puede tener un efecto sutil más que abierto, y que la capacidad de percibir puede verse alterarada por la naturaleza del acontecimiento que se percibe. Por ejemplo, algunos defensores de la percepción extrasensorial afirman que predecir si un ser querido acaba de sufrir un accidente de coche podría tener un efecto más fuerte que detectar cuál es la carta que acaba de sacarse de un mazo, a pesar de que lo segundo sea más adecuado para los estudios científicos en laboratorio.

No hay estándares consistentes y aceptados para poner a prueba las capacidades de percepción extrasensorial, de la forma en la que, por ejemplo, puede comprobarse una corriente eléctrica o la composición química de una sustancia. A menudo, cuando los autoproclamados psíquicos son desafiados por escépticos y no son capaces de demostrar sus supuestos poderes, dan todo tipo de excusas sobre su fracaso, como por ejemplo que el escéptico está afectando al experimento con «energía negativa». La naturaleza no empírica de estas respuestas, así como la frecuente existencia de charlatanes dentro de los círculos psíquicos y de percepción extrasensorial, es una razón por la que científicos y materialistas concluyen que la existencia de estos fenómenos no se puede establecerse científico por otra cosa que no sean evidencias estadísticamente fuertes de estudios correctamente controlados en laboratorio.

La principal discusión actual sobre la percepción extrasensorial gira en torno a si las pruebas de laboratorio estadísticamente convincentes se han logrado ya. Algunos disputan la interpretación positiva de los resultados obtenidos en estudios científicos sobre percepción extrasensorial, pues los resultados más convincentes y reproducibles son todos estadísticamente pequeños o moderados. Los críticos de la percepción extrasensorial arguyen que los resultados son demasiado pequeños para ser significativos, mientras que los defensores afirman que los resultados globales de los numerosos estudios muestran una tendencia consistente y altamente significativa. Aunque la importancia estadística combinada de un meta-análisis de estudios sobre percepción extrasensorial es grande y se considera prueba suficiente por parte de los defensores, no incluye un número desconocido de resultados inéditos no significativos. Algunos escépticos señalan a este problema de «cajón de archivo» como razón suficiente para dudar de la importancia de los meta-análisis. Sin embargo, como detalla Dean Radin en su libro The Conscious Universe, hay formas de control para este problema y los meta-análisis que lo hacen siguen mostrando resultados positivos de alta importancia estadística. Algunos han argumentado que el enorme número de ensayos que debe ser realizado para obtener resultados estadísticamente significativos constituye un problema para verificar la legitimidad de las afirmaciones de percepción extrasensorial. Sin embargo otras áreas de la ciencia, tales como el campo médico, confían fuertemente en este método de recolección de datos. Por ejemplo, los resultados estadísticos del efecto positivo de la aspirina sobre el corazón son menores que muchos resultados sobre percepción extrasensorial, a pesar de lo cual su existencia se considera bien fundada.


Críticas generales

Las afirmaciones sobre la existencia de la percepción extrasensorial han estado sujetas a repetidas críticas de los científicos mayoritarios, creyendo la mayoría de la comunidad científica que la percepción extrasensorial no es real debido a que viola las leyes físicas conocidas. La mayoría de las críticas sobre los experimientos de laboratorio sobre la percepción extrasensorial se basan en dos motivos principales: primero, que los estudios que han mostrado evidencia a favor suelen o bien ser anecdóticos o bien estar plagados de fallos metodológicos que habrían permitido hacer trampas, y segundo, que el resultado de los estudios que carecen de fallos no muestran evidencia alguna de la existencia del fenómeno.

A veces los experimentos sobre percepción extrasensorial se reproducen tendenciosamente en los medios de comunicación populares. Un ejemplo de este caso es el de un perro en Inglaterra llamado Jaytee, cuyos dueños afirmaban que tenía la habilidad de sentir cuándo uno de ellos estaba a punto de irse o de llegar a casa (lo que supuestamente mostraba corriendo hasta el porche en esos momentos). Rupert Sheldrake realizó extensas pruebas sobre el perro y proclamó que éstas demostraban que el perro tenía tal habilidad extrasensorial. Dos científicos de la Universidad de Hertfordshire, Richard Wiseman y Matthew Smith, examinaron al perro bajo condiciones científicas controladas y hallaron que el perro no poseía dicha habilidad: después de varios experimentos, el perro no mostró habilidad extrasensorial.

El psicólogo social David Myers afirma que «nunca se ha descubierto un fenómeno extrasensorial reproducible, ni nadie ha producido alguno que sea capaz de demostrar la habilidad psíquica.»


El desafío Randi

James Randi forjó su nombre y fortuna como mago y en 1996 creó la Fundación Educacional James Randi para explorar el fenómeno paranormal y educar al público sobre este tema. La fundación hizo una oferta de 1 millón de dólares como premio a cualquiera que pueda demostrar una habilidad extrasensorial o algún fenómeno paranormal.

Randi ha establecido que ambas partes (él mismo y quien acepta el desafío) deben acordar previamente qué resultados de la prueba constituyen un «éxito» y cuáles un «fracaso». La ambigüedad y la indefinición de los aspirantes es tal que hasta ahora no han llegado a hacerse pruebas formales, por lo que el desafío sigue en pie.

Algunos escépticos suelen señalar que el que nadie haya logrado aún ganar el desafío es una prueba de que la percepción extrasensorial simplemente no existe.


El reto setético

El laboratorio zetético de la Universidad de Niza Sophia-Antipolis (Francia) llevó a cabo una investigación sobre el fenómeno paranormal. Entre 1987 y 2002 organizó un Reto Internacional Zetético con la intención de probar o refutar la existencia de, o la demostración de eventos relacionados a, lo paranormal. Consistía en un premio de 200.000 euros ofrecido a «cualquier persona que pueda probar cualquier fenómeno paranormal».

Aun cuando han existido algunos intentos de obtener el premio, y se han realizado algunos experimentos, este premio no ha sido otorgado aún. Al igual que con el desafío de Randi, los escépticos concluyen que esto demuestra la inexistencia de los fenómenos paranormales, incluida la percepción extrasensorial. Test de percepción extrasensorial