Yo visité Ganímedes -Capítulo VIII-


Cómo es la vida en Ganímedes


En el capitulo anterior, al comenzar, nos referimos a una de las características más notables presentadas al examen telescópico de Ganímedes por nuestros astrónomos: desde los tiempos de Galileo, este satélite de Júpiter ha sido conocido como el más brillante de los cuatro que forman el grupo de "las grandes lunas interiores jovianas" que ya sabemos llevan los nombres de Io, Europa, Ganímedes y Calisto.

Este fenómeno celeste llamó siempre la atención de quienes lo han observado, sin llegar, hasta hoy. a comprender su verdadera causa, pues según los cálculos y la lógica. la magnitud y por tanto el brillo de Calisto debían ser mayores, ya que Calisto posee un tamaño ligeramente más grande y gira en una órbita relativamente más cercana a nosotros. Sin embargo, el brillo demostrado siempre por Ganímedes, aún con los primitivos telescopios de Galileo. fue mucho más notable.

Ahora tenemos la explicación de este fenómeno. Se debe a la abundancia de centros poblados por la humanidad que lo habita. Claro está que tal afirmación requiere ser explicada.

Y vamos a hacerlo.

Ya hemos dicho que la vida se desarrolla en ese astro en todos y cada uno de los profundos valles ubicados entre las estribaciones de la intrincada red de cordilleras que forma la superficie ganimediana. A la luz natural reflejada desde el planeta primario, Júpiter, se une la que reciben desde el Sol. que no obstante ser menor que la recibida por la Tierra, en razón de la mayor distancia, es bastante apreciable.

Y si tenemos en cuenta que cada valle es el centro de una agrupación urbana, o población, cuya área depende del terreno disponible para las edificaciones y que éstas, en su totalidad, están construidas con un material brillante, de aspecto metálico destellante por los reflejos que produce, todo lo cual contribuye a aumentar la luminosidad del conjunto, podemos explicarnos fácilmente la razón, muy sencilla en realidad, de aquel fenómeno que siempre intrigara a nuestros astrónomos.

Las ciudades en Ganímedes no se parecen a las nuestras. Los métodos de construcción y los materiales empleados son distintos. Hubiera sido profundo error de sus habitantes proyectar elevados edificios, de muchos pisos, y emplear sistemas y materiales de construcción deleznables, como los nuestros, en un mundo expuesto, constantemente, a los movimientos sísmicos naturales en un cuerpo celeste de tan tremenda actividad volcánica.

Así como nosotros, en nuestras grandes urbes, construimos hacia arriba, ellos construyen hacia abajo... Tienen varios modelos de edificación. Pero en la generalidad, los edificios de varios pisos penetran en el suelo, sobresaliendo en la superficie uno o dos niveles a lo sumo. Además, todas las estructuras están diseñadas en forma cilíndrica empotrándose en el terreno cada bloque o unidad de vivienda, por grande que sea, en directa conexión con sus vecinas, lo cual contribuye a la mayor solidez total del conjunto.

Se pensará que tal sistema es demasiado oneroso. Que los costos y el tiempo resultan antieconómicos. Puede que tengamos razón, desde el punto de vista de la Tierra. Nuestra humanidad se afana y se enloquece por los coeficientes económicos, porque vive y piensa dentro de normas y costumbres diferentes a las que rigen la vida y el pensamiento de esa otra humanidad.

Cuando veamos cuáles son las bases fundamentales de aquella civilización, comprenderemos muchas de las profundas diferencias con la nuestra. En cuanto al aspecto que estamos describiendo; prima en ellos el concepto de la seguridad y de la permanencia estable, sobre el de mayor o menor costo. Porque, en primer lugar, ellos son seres que alcanzan un promedio de vida equivalente a varios siglos de los nuestros...

En segundo lugar, viven en un mundo en que han tenido que dominar continuamente, a la naturaleza. En un mundo en el que las condiciones económicas, sociales, políticas, religiosas y culturales, son diferentes a las nuestras... En un mundo en que ya no existen comerciantes... En un mundo en el que no se piensa ya en utilidades, sino en garantizar el máximo bienestar de sus habitantes...

En un mundo en que el trabajo y la dirección del mismo, alcanzan formas y sistemas enormemente superiores a los que nosotros conocemos. A este respecto, tratándose del tema de la construcción, debe saberse, también, que las máquinas empleadas por ellos para tales fines son tan poderosas y versátiles que la excavación de los terrenos más grandes, puede realizarla un sólo hombre, en poco tiempo, y con sólo controlar un tablero de comandos electrónicos...

De tal suerte, pueden ellos relegar el factor económico a un segundo plano, teniendo en cuenta, además, que toda la economía de ese mundo está dirigida y controlada por el Estado, como veremos más adelante, y por tanto lo que prima en este caso, como en todos, es la máxima garantía de todos y cada uno de los seres que lo habitan, dentro del amplísimo concepto de una perfecta fraternidad y de un régimen de vida que asegura a todos una verdadera felicidad integral...

Y antes de terminar lo referente a construcciones, debe decirse que la mayoría de esos conjuntos de viviendas presentan lo que nosotros llamamos "techos" o "azoteas" en forma ligeramente convexa y libre de obstáculos. Ello obedece también, a dos fines útilmente calculados: Primero, representa la proliferación de múltiples áreas para el descenso de máquinas aéreas de diferentes tipos y tamaños, ya que la mayoría de los habitantes puede requerir de ellas en cualquier momento, y en esa forma no se obstaculiza, como entre nosotros, el tránsito urbano, que para las distancias cortas se hace a pie.

Para recorridos mayores, cualquiera puede disponer de pequeños equipos individuales que adaptándose a la espalda permiten realizar vuelos personales de considerable alcance. Así, en todas las ciudades, está asegurada la movilidad sin entorpecer, en lo más mínimo, la circulación superficial de los peatones, que pueden discurrir libremente por todas las arterias y avenidas, sin la molestia y riesgos que vemos hoy en casi todas las ciudades de la Tierra.

El otro fin al que nos referimos al mencionar la forma superior de los edificios, es el permitir la eliminación inmediata de la lluvia o nieve (lo más común), que por un sistema automático de calefacción es licuada a medida que se va acumulando. Las superficies quedan constantemente limpias, despejadas, sin mayor trabajo para los ocupantes del edificio, y pueden, también, continuar reflejando los rayos luminosos de las dos fuentes siderales ya mencionadas, con lo que se asegura una mejor iluminación general del ambiente urbano.

A este respecto debe recordarse lo que se explicó al comienzo del capítulo anterior. Que en Ganímedes el día tiene una duración aproximada de cuatro de nuestros días, y la noche, tres. Mientras este satélite recorre la parte posterior de Júpiter, su paso por la zona denominada "cono de sombra" del planeta dura más o menos tres días y dos a tres horas de nuestro tiempo.

En este lapso, todas las zonas habitadas poseen el mismo sistema de luz artificial que mencionáramos al ocupamos de las bases en el espacio. Este sistema de iluminación está presente, siempre, en todos los recintos cerrados, junto con otro sistema automático de control y regulación permanente de la atmósfera interior de todos los recintos y edificios. Algo parecido, pero más perfecto, que nuestros sistemas de aire acondicionado.

Y al hablar de atmósferas ambientales, hemos de explicar, también. que tanto en los lugares abiertos, como las vías de circulación urbana, y en todo tipo de instalaciones industriales, general. mente subterráneas, reina la más absoluta pureza. No hay máquinas ni vehículos que contaminen el ambiente, porque la mayor par. te de las usadas en lo que diríamos el transporte menor, es accionada eléctrica y electrónicamente.

Han llegado a desarrollar formas de electricidad nuevas para nosotros, y equipos electromagnéticos de potencia tal que —ya lo hemos visto en el caso de sus naves espaciales— pueden anular y controlar a las fuerzas de gravedad y de inercia. Y en cuanto a todas las máquinas, equipos o instalaciones accionadas por energías atómicas, termonucleares o de otro orden, como dijéramos anteriormente, tienen los medios y elementos más perfectos para garantizar el uso permanente e inocuo de todas ellas.

Antes de terminar con lo referente a la construcción de edificios. a su seguridad y estabilidad permanentes, en vista de las condiciones volcánicas y sísmicas del astro, debe saberse que el material empleado para las estructuras y en general para todo tipo de paredes, suelos y techos, es una substancia plástica de aspecto metálico, liviana y resistente, con resistencia comparable al mejor de nuestros aceros, que no se altera ante ninguna de las reacciones provenientes de la atmósfera o de los distintos tipos de terrenos en que se empotren, y de tal solidez que puede resistir a los más fuertes movimientos sísmicos sin romperse ni perder su forma.

Además, el sistema de construcción es por acoplamiento de secciones prefabricadas, que al ser colocadas en su sitio van siendo ensambladas unas con otras en forma tal. mediante un proceso químico especial, que llegan a constituir un sólo bloque, lo mismo que si hubiera salido todo el edificio de un molde. No hay junturas. no hay amarres; después de ser sometidas al indicado proceso. todas las secciones quedan unidas como si hubiesen sido fundidas unas con otras en una gigantesca matriz. Puede imaginarse la solidez total del conjunto.

Pero no es esta la única manera de prevenir lo que, en la Tierra, causa tan catastróficos efectos. Ellos cuentan, además, con un vasto sistema de detección y control de los más imperceptibles movimientos de la corteza de su astro. Tal sistema, ampliamente re. partido en las entrañas mismas del subsuelo, observa y verifica, constantemente, el desarrollo de las fuerzas que pueden generar los movimientos.

Y si tenemos en cuenta que esos hombres poseen el sexto sentido, o sea la clarividencia, no nos extrañaremos que puedan conocer con mucha antelación las causas generadoras de toda clase de alteraciones hasta en los más recónditos lugares del interior de su mundo, pudiendo también, aplicar a tiempo, las formidables fuentes de fuerza y de energía por ellos dominadas, en los sitios y momentos que sea menester para detener un proceso, modificar una determinada tensión, o neutralizar en ciertos lugares peligrosos Índices de la continua actividad volcánica de su mundo.


Se ha dicho, anteriormente, que esa raza de superhombres alcanza promedio de vida equivalente a varios siglos de los nuestros.
Trataremos de explicar algunos aspectos relacionados con este punto. Tan prolongada longevidad obedece a una serie de factores, muchos de ellos que todavía desconocen la mayor parte de los hombres de la Tierra.

Es lógico el que la mayor sabiduría sea la base de todos los demás. La experiencia y el estudio, a través de los miles de siglos de existencia de su civilización, les dan el conocimiento perfecto di las Intimas relaciones entre su cuerpo y la naturaleza toda que los rodea. El funcionamiento de todo su organismo es conocido, al detalle, hasta por los niños. En ello influye, naturalmente, de manera notable aquel sexto sentido al que nos hemos referido varias veces.

La clarividencia, al permitir ver los más ocultos planos de la materia y además, los niveles de vida superior a la vida física, o sean los correspondientes a ese plano de la Naturaleza que ya, en la Tierra, empezamos a estudiar y calcular con el nombre de "la cuarta dimensión", los pone en condiciones de ver cómo se desarrollan todos sus procesos vitales, y si en algún sitio de su cuerpo se está generando la causa de un desequilibrio, de una alteración metabólica o de cualquier otro orden.

Pueden controlar en todo momento, el funcionamiento de sus aparatos digestivo, circulatorio, respiratorio; de la maravillosa red del sistema nervioso, o de las más pequeñas células de su cerebro. Así pues, aprenden desde la infancia a conocer y controlar personalmente cómo, por qué y para qué, trabajan todas las partes, todos los mecanismos de su cuerpo, y pueden, por tanto, escoger, sabiamente, las substancias más apropiadas que requiera para su conservación.

Pe ello se desprende que lleven un régimen de vida especial, una dieta alimenticia científicamente controlada y la abstención de cualquier elemento peligroso o impropio para el superior desarrollo integral de todo su ser- La mayor parte de sus alimentos provienen del reino vegetal; pero utilizan, también una serie de productos químicos de origen mineral que. en conjunto balanceado, mantienen en perfectas condiciones todos los órganos del cuerpo físico, aumentando su vitalidad y reforzando hasta limites increíbles la energía de su cuerpo etérico-vital, para la máxima captación de las energías provenientes del Cosmos...

Así logran, por ejemplo, mantener secularmente limpio todo el sistema vascular, evitando la tan común esclerosis que entre nosotros afecta desastrosamente nuestras venas y arterias y que es, en realidad, la causa principal de la vejez. Para ello, todos los adultos, a partir de una edad equivalente a nuestros cuarenta años, se someten a un tratamiento especial que consiste en la administración de pequeñas dosis de una esencia vegetal proveniente de una planta que Pepe no recuerda haber conocido en la Tierra.

Se trata de una especie parecida a algunas cactáceas, de hojas pequeñas y carnosas, de color entre verde y azulino, la cual es cultivada en invernaderos especiales, con muy poca luz y a temperaturas constantes que no deben sobrepasar los 30° centígrados, ni bajar de los 22° centígrados. El líquido esencial extraído de estas hojas después de un delicado proceso químico, es inyectado por vía endovenosa, en dosis mínimas, durante un período de quince días, en los cuales el paciente guarda absoluto reposo en hospitales del Estado, en los que recibe una dieta alimenticia de equilibrio constante con relación a las reacciones que se van observando y que nunca duran más de los mencionados 15 días.

Mediante ese tratamiento, que se repite una vez cada año, todo el sistema vascular es "limpiado" íntegramente de impurezas y los tejidos que forman dichos conductos, hasta en los vasos capilares, renuevan su elasticidad y lozanía. La mencionada substancia, además, contribuye igualmente a la depuración renal impidiendo la formación de posibles cálculos.

También se dijo, ya, que en Ganímedes hacía muchos siglos que dejaran de existir las dolencias por origen microbiano. Desde hace algunos milenios, todo tipo de bacteria, virus, o cualquiera otra forma de gérmenes patógenos, había sido eliminada totalmente. Por lo tanto no existen allá ninguna de las enfermedades que entre nosotros son comunes. Y si tenemos en cuenta que la alimentación es sabiamente administrada y controlada, según lo ya explicado, llegamos a comprender cómo la salud estable y perfecta puede alcanzar índices hasta de 95% del total de la población.

La mayoría de los casos, dentro del 5% restante, obedecen por lo regular a situaciones de emergencia, accidentes fortuitos de carácter imprevisible que por lo general requieren tratamientos de tipo quirúrgico. Y en este campo, como en el de la medicina general, han llegado a logros verdaderamente milagrosos. Baste decir que pueden reemplazar cualquier órgano del cuerpo, no con substitutos desechados de cadáveres, como se está comenzando a ensayar en la Tierra, sino con órganos nuevos "fabricados" (valga la expresión) a base de una pequeña porción, mínima porción, del mismo órgano que requiera reemplazarse.

En otra parte de este libro se dijo que poseían un séptimo sentido: el del "Verbo Creador" y que con el podían actuar sobre todas las formas de materia y, aún, sobre los elementos de la naturaleza... Supongo la expresión de incredulidad que mostrarán muchos al leer esto... Pero no olvidemos que hace dos mil años, en la vieja Galilea, la voz potente y divina de Jesús el Cristo, fue obedecida, varias veces, por los vientos y el mar, por las aguas que se transformaron en vino, o por los ojos y los oídos muertos de muchos enfermos de ese entonces; y aún más, por todos los órganos, ya descompuestos, de su discípulo Lázaro...

Muchos se reirán el leer esto, y la mayoría pensará que es pura imaginación o exceso de misticismo ciego. Porque los que ignoran las grandes verdades cósmicas, proceden lo mismo que lo que hubiera hecho nuestra humanidad del siglo pasado, si les hubiesen hablado de la televisión, de las computadoras electrónicas o de nuestros actuales viajes a la Luna.

Para seres acostumbrados a vivir en un mundo con sólo tres dimensiones y cinco sentidos, que únicamente alcanzan a percibir y conocer la vida física dentro de esas tres dimensiones, pasa lo mismo que sucedería a un ser que, supuestamente, siendo inteligente y pudiendo razonar, viviese, por ejemplo, una clase de vida igual a la existencia de los peces.

Si solamente puede apreciar las formas de vida submarina, sin alcanzar jamás a conocer el mundo terrestre que se extiende más allá de su mundo acuático, es lógico que aquel ser tan sólo pensaría de la vida según las condiciones reinantes en ese mundo acuático por él conocido. Para ese ser imaginario, como para los peces, todo el universo, todas las formas de vida y todas las posibilidades de existencia quedarían reducidas a las de tos seres que habitan en el fondo de los mares...

¿Cómo puede nuestra humanidad opinar certeramente sobre mundos y existencias que trasciendan a la cuarta, la quinta, o superiores dimensiones; sobre condiciones de vida, de conocimiento o de poder, a través de sentidos superiores a los cinco por nosotros conocidos...? ¿No estaríamos procediendo, en verdad, como aquel ser imaginario del mundo submarino?

Y cada mundo, cada plano de la Naturaleza o "dimensión", posee características propias, fuerzas y energías especiales, que se manifiestan y actúan de acuerdo con leyes fijas e inmutables, leyes y fuerzas imposibles de comprender por quienes, desconociéndolas, están impedidos de entenderlas. Debemos saber que aquellas "dimensiones" existen. Que en aquellos Planos de la Naturaleza moran seres diferentes a nosotros, entidades invisibles para el ojo físico e inaudibles por los oídos comunes al hombre de la Tierra.

Pero entidades, muchas de ellas tan poderosas, que su acción trasciende los limites de cada plano o dimensión, manifestándose como fuerzas en determinados aspectos del plano de materia física apreciado por los cinco sentidos de nuestra humanidad. En ciertas escuelas esotéricas y en el campo de la metafísica y de la metapsíquica, se enseña algo de esto y se denomina a muchos de tales seres como "Espíritus de la Naturaleza". Para los profanos, todo esto puede parecer absurdo, fantástico o supersticioso...

Pero no olvidemos que todas las religiones han reconocido y enseñado, veladamente es cierto, pero lo han tratado, presentando, con distintos nombres la existencia de aquellas entidades superiores, de aquellas formas de vida inteligente mucho más avanzadas y poderosas que nosotros, a quienes el cristianismo agrupa en las diferentes categorías de ángeles, arcángeles, querubines, serafines, tronos y otras tantas que no han podido ser explicadas satisfactoriamente, por la misma falta de medios para ello en un mundo, o pía. no, de existencia y posibilidades inferiores.

Pero aún en nuestra Tierra hay algunos que lo saben, que han logrado penetrar, conscientemente, en esa "cuarta dimensión", y que, por tanto, están capacitados no sólo para comprenderla sino para llegar a comunicarse y hasta "trabajar" en contacto con las entidades de ese Plano.

Esto, que es común y normal en la humanidad que habita Ganímedes, da lugar a otra consecuencia directa de la vida en la cuarta dimensión: para los seres que pueden actuar, consciente y regularmente, en ese plano de la Naturaleza, deja de existir la muerte, según el concepto que de ella tenemos en la Tierra. Pero tan trascendental aspecto de la Vida, requiere para su comprensión, un mayor análisis y una explicación más detallada.

Trataremos de conseguirlo en el próximo capítulo...