La Masonería -Capítulo I-



Símbolo de la Masonería
Los símbolos masónicos de la escuadra y el compás son tradicionales y los más conocidos por todos. Estos se identifican con las herramientas de la construcción de las catedrales, por parte de los maestros constructores de la Edad Media en Europa. La G en el medio de ambos símbolos es la Gnosis o conocimiento superior, al cual se puede acceder por medio del trabajo interno.
La francmasonería o masonería es una institución de carácter iniciático, filantrópico, filosófico y progresista, fundada en el sentimiento de fraternidad, igualdad y libertad. Tiene como objetivo la búsqueda de la verdad y fomenta el desarrollo intelectual y moral del ser humano, además del progreso social. Los masones, tanto hombres como mujeres, se organizan en estructuras de base denominadas logias, que a su vez pueden estar agrupadas en una organización de ámbito superior normalmente denominada "Gran Logia", "Gran Oriente" o "Gran Priorato".

Es filosófica porque orienta al hombre hacia la investigación racional de las leyes de la naturaleza, invita al esfuerzo del pensamiento que va desde la simbólica representación geométrica hacia la abstracción metafísica.

Es filantrópica porque practica el altruismo, desea el bienestar de todos los seres humanos y no está inspirada en la búsqueda de lucros personales de ninguna clase. Sus esfuerzos y recursos están dedicados al progreso y felicidad de la especie humana, sin distinción de nacionalidad, raza, sexo ni religión, para lo cual tiende a la elevación de los espíritus y a la tranquilidad de las conciencias.

Es progresista Es progresista porque enseña y practica la solidaridad humana y la absoluta libertad de pensamiento. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la verdad desechando el fanatismo abordando sin prejuicios todos los nuevos aportes de la invención humana, estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad. (fuente: Logia José Artigas)

Los masones ("constructores de piedra") Este movimiento es considerado como la orden fraternal más grande que alcanzó niveles mundiales. En un primer momento, las cofradías masónicas se limitaban a los trabajadores. No obstante, en el contexto de la reforma, sobre todo en Inglaterra, estas fraternidades comenzaron a aceptar hombres provenientes de sectores altos de la sociedad. De esta manera, las cofradías se convirtieron en sociedades dedicadas a ideas generales, como la fraternidad, la igualdad y la paz. Sus reuniones eran citas sociales, núcleos de sociabilidad. 1717 dio lugar a la Gran Logia para Londres y Westminster, producto de la unión de cuatro cofradías, situadas en la capital inglesa. Seis años más tarde tomaría el nombre de Gran Logia de Inglaterra. Esta logia se convirtió en la precursora de todas las uniones masónicas, y de ella surgieron todas las otras logias reconocidas. En 1725 se fundó la Gran Logia de Toda Inglaterra, en York, la de Irlanda se creó en junio del mismo año, y la de Escocia en 1726.

Los sectores dedicados al comercio en Inglaterra consideraron a la masonería libre un medio de promoción social. De esta manera, los ideales masónicos de tolerancia religiosa e igualdad iban en consonancia con el espíritu del liberalismo emergente durante el siglo XVIII. Es más, una de las reglas básicas de las órdenes masónicas del mundo angloparlante ha sido considerar a la religión como un asunto personal de cada individuo.

En Estados Unidos, las primeras logias fundadas bajo la autoridad de la Gran Logia de Inglaterra, fueron la Primera Logia de Boston y la de Filadelfia, establecidas ambas en 1733. Antes de la guerra de la Independencia (1775), ya había unas 150 logias; en la actualidad, los estadounidenses representan el 75 por ciento del total de masones del mundo, unos 4,5 millones de personas.

Los ritos masónicos: las prácticas masónicas actualmente más usadas son el Rito de York y el Rito Escocés. En cuanto al primero, data del siglo XVIII, adquiere en su primera fase el nombre de Capitular, los miembros correspondientes a este nivel son los masones del Arco Real (4 grados). En su segunda fase recibe el nombre de Críptica, y sus miembros son los masones Reales y Selectos (3 grados); en su fase final Caballeresca, concede a los miembros el título de Caballeros Templarios (3 grados). Por su parte, el Rito Escocés se originó en Charleston (Carolina del Sur), en 1801 y contempla 33 grados.


Hiram Abif
Jiram Abif, Hiram Abif, Hiram Abí o Hiram Abiff es una figura alegórica del ritual masónico que refigura al maestro constructor del Templo de Salomón
Origen de los tres primeros grados

La gran mayoría de los masones libres del mundo no progresan más allá de los primeros tres grados, basados en la leyenda de la muerte de Hiram Abif, conocido como el arquitecto del templo de Salomón.

Según una versión de esta leyenda, Abif (imagen) era el único conocedor de los secretos de los maestros masones, entre los cuales se hallaba la palabra secreta masónica, es decir, el nombre oculto de Dios. La tradición ocultista nos, dice que saber el nombre de una deidad equivale a poseer su poder. De ahí que se supusiera que Abif manejaba el poder de Yahvé y poseyera muchos otros secretos que, una vez finalizada la construcción del templo, pasarían a los otros artesanos, que se convertirían a su vez en maestros masones.

Cuentan que, llegado el mediodía, el insigne arquitecto tenía la costumbre de ir al Sancta Sanctorum para orar a Yahvé y planificar las obras del día siguiente. Uno de esos días, al terminar sus oraciones, Hiram Abif, se topó con el desagradable final de su historia de modo inesperado. Saliendo por la puerta sur del templo, le flanqueó el paso Jubela, el primero de sus verdugos, que armado con una especie de regla vertical, le conminó a que le revelara sus secretos. Abif no perdió el aplomo ante la clara amenaza de muerte a la que se enfrentaba y contestó que sólo tres personas en el mundo los conocían y sin su consentimiento no podía divulgar ningún secreto. Furioso, Jubela enarboló la regla y asestó un golpe en la cien derecha a su maestro, que dobló la rodilla por el impacto, aunque pudo alcanzar la puerta occidental donde, desafortunadamente, no fue ayuda lo que encontró. Allí estaba Jubelo, otro de sus aprendices, que también le propinó un golpe, en este caso en la sien izquierda, haciéndolo doblar la rodilla del mismo lado. Arrastrándose y perdiendo grandes cantidades de sangre, Abif llegó a duras penas a la puerta oriental, donde fue rematado por Jubelum, que usó una gran maza de piedra para aplastarle la frente.

No les quedó otra salida a los tres asesinos que ocultar el cuerpo del arquitecto para evitar la ira del rey Salomón y escapar del país para no ser descubiertos. Escondieron provisionalmente el cuerpo de Hiram Abif bajo unos cascotes y al llegar la medianoche, lo trasladaron a la cima de una colina para enterrarlo. La sepultura fue señalizada con una rama de acacia y hecho esto, los criminales intentaron darse a la fuga. No tuvieron éxito porque no consiguieron que ningún barco los sacara del país y tuvieron que guarecerse en los montes.

Mientras tanto, la ausencia de Abif llegó a oídos del rey Salomón que envió a varias personas a buscarle. La gravedad de la situación hizo que la verdad tardara poco en aflorar gracias al testimonio de doce trabajadores del templo que confesaron al rey que ellos y otros tres más (Jubela, Jubelo y Jubelum) habían conspirado para arrancar los secretos masónicos a su maestro.

En el último momento habían dado marcha atrás, pero supusieron que los otros no, dando muerte a su jefe. Agradecido por su honestidad, el rey los envió en grupos de tres para buscar el cuerpo de Hiram Abif.
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