El gran Diluvio Universal


La Biblia es una fuente donde podemos hallar, sin duda, la solución de un sinnúmero de interrogantes que han venido preocupando a la humanidad desde las épocas más remotas. La mayoría de los pueblos recuerdan el Diluvio y hablan de él como la gran catástrofe que asoló al Planeta.

El relato más antiguo fue hallado en una tableta de arcilla descubierta en Mesopotamia con motivo de la primera excavación realizada por la Universidad de Pennsylvania en Nippur. El héroe de Ziuzudra, rey piadoso y temeroso de Dios, quien estando junto a una pared se entera del decreto de los dioses de destruír la simiente del género humano.

“Todos los huracanes, en extremo fuertes, atacaron como uno solo, al mismo tiempo, el Diluvio pasó arrasando los centros de culto. Después que, durante siete días y siete noches, el Diluvio pasó arrasando el país, y el enorme navío fue sacudido a la redonda por los huracanes sobre las grandes aguas....”

En el Libro de los Muertos de los antiguos egipcios, “el dios Atum anuncia su intención de hacer perecer ahogados en las aguas del océano primordial a toda la humanidad pervertida.... Los únicos supervivientes son unas cuantas personas que han sido salvadas en la barca de millones de años, que es la barca del Sol”.

Una leyenda galesa dice: “Hace mucho tiempo, el lago Llion se desbordó e inundó todas las tierras, de manera que todos los hombres se ahogaron, menos Duyfan y Duyfach, quienes se escaparon en una barca sin mástil y repoblaron la tierra de Prydain. El barco contenía también un macho y una hembra de todas las especies de criaturas vivientes, de manera que, tras el Diluvio, los animales pudieron propagar sus diversas especies y repoblar el mundo".

Los Bataks de Sumatra cuentan que cuando la Tierra se volvió vieja y sucia, el Creador, al que ellos llaman Debata, envió una inundación, que hiciera desaparecer todo ser viviente.

Existen noticias de este diluvio en la India, Grecia, Asia oriental, Indonesia, Nueva Guinea, Melanesia, Polinesia, Micronesia, Australia, América del Norte, Central y del Sur. Y en todos los relatos, una pareja se salva en una embarcación, y de estos dos seres nacen hijos destinados a tener descendencia y poblar el mundo, elaborándose de esta forma todo un árbol genealógico del cual procederíamos.

¿Debemos pensar que sólo son fábulas? ¿No resulta a veces hasta un tanto asombroso la gran cantidad de países que poseen noticias sobre esta catástrofe? Realicemos estadísticas: “Richard Andrée estableció hacia el año 1891, ochenta y cinco de tales narraciones, las cuales actualmente pasan de cien....

Riem, habla de sesenta y ocho de tales leyendas como autóctonas, estableciendo: 13 para Asia; 4 en Europa; 9 en Archipiélago del Pacífico y 37 en América, las que subdivide de la siguiente manera: 16 en América del Norte, 7 en América Central y 14 en América del Sur”.

No obstante, se presenta un problema aparentemente sin solución, y es el relativo a la duración de las lluvias, las cuales oscilan entre cinco días y cincuenta y dos años, cifras que, a pesar de ser extremas podrían equilibrarse teniendo en consideración los distintos métodos de contar el tiempo. Pero, ¿no eran los antiguos tan conocedores de astronomía, astrología, en fin, de todo lo relacionado con la ciencia de las estrellas? ¿No tenemos noticias de los casi perfectos calendarios que elaboraron?

Claro que debemos tener en cuenta que quienes contaron 52 años fueron los aztecas, y al pasar cada ciclo de este tiempo comenzaba para ellos una nueva “etapa”. Y, al destruirse todo lo viviente por el avance de las aguas, ¿no tocaba el fin de una era, quedando una pareja humana y una de cada especie animal para recomenzar otra?


¿Cómo salvar esta cuestión? Posiblemente yendo a otra consideración: ¿fue Universal o parcial el Diluvio?

Richard Henning dice que “la ciencia geológica no sabe nada de una catástrofe provocada por una inundación gigantesca. Sus huellas tendrían que haber sido encontradas...” preguntemos: ¿Tendrían que haber sido encontradas? ¿Cuántos enigmas yacen en las profundidades de la Tierra y de los océanos que aún no logramos resolver? ¿Cuántas ciudades desaparecieron sin dejar rastros? ¿Cuántos seres caminaron por este planeta, cuantos otros incursionaron en él?

La historia sería un hermoso y simple relato si todo estuviera descubierto, si cada pisada, cada sonido hubiera quedado registrado; pero los historiadores se convertirían en ancianos que se sientan a contar extrañas historias a sus nietos. Pero, sabemos hoy, más que nunca, que el camino a recorrer es arduo, que cada minuto que transcurre surgen nuevas pautas, dudas, sobre los tiempos remotos que cubren con una feroz espesura el paso de los siglos.

En 1883, el investigador SUESS estableció que “el fenómeno natural conocido con el nombre de Diluvio Universal ocurrió en la región inferior del Eufrates y estuvo unido a una extensa y devastadora inundación de la depresión mesopotámica”, agregando que, “el motivo fundamental fue un fuerte terremoto en la región del Golfo Pérsico o al sur del mismo”, concluyendo de esta forma: “las tradiciones de otros pueblos no justifican en modo alguno la aseveración de que la inundación se extendió más allá de la cuenca inferior del Tigris y el Eufrates y mucho menos que alcanzó toda la Tierra”.

En contraposición podríamos citar a Adrian Clark que piensa: “antes de que sobreviniera el Gran Diluvio, la atmósfera total de la Tierra estaba saturada de humedad, formando una nube que encerraba al planeta por completo. Cuando la gigantesca nube empezó a dejar caer su humedad en forma de lluvia, se originó el aguacero más tremendo que haya tenido lugar en la existencia de la Tierra”.

De esta teoría podemos ya comenzar a dudar sobre la parcialidad de la catástrofe.... Más....

Prosigamos: ¿es ilógico suponer, sin desechar las anteriores opiniones, que este caos se produjo como consecuencia del cambio de posición del eje de nuestro planeta? Posiblemente no, pero.... esta catástrofe a la cual hacemos referencia se produjo mucho tiempo antes que lo mencionado por el relato bíblico. Pero, suponiendo que el diluvio que narra el Génesis es el período que sucedió al terciario, ¿cómo explicar que los narradores del Antiguo Testamento lo supieran?

¿Acaso existía ya el hombre sobre la Tierra? Hoy, los hallazgos parecen confirmarlo.... entonces, ¿sabían escribir y dejaron asentado lo ocurrido, hecho que fue recogido por las civilizaciones posteriores? Un enigma más....

A pesar de esto, sabemos que el Diluvio existió.... Se extendió como una plaga sobre la faz de la Tierra.... Destruyó, aniquiló, pero..... quedó el germen que daría origen a una nueva humanidad, a una estirpe nueva.... Todo muere y vuelve a comenzar.... nosotros, sólo somos espectadores en el escenario de la vida.

Y, tomando las palabras de Andrews Tomas: “El pasado no sólo contiene lo que efectivamente sucedió, sino también lo que hubiese podido suceder”, ojalá haya escondido en cada uno de nosotros un NOE que nos prepare....

¿Sabremos hallar y comprender la herencia de estos mundos despedazados?

“Es así como hallan descanso en las bóvedas del abismo los atribulados hijos del Sol y del viento. Allí, también el mar reposa. Lejos de todas las fuerzas en conflicto, libre por fin de toda hambre, su inquieto corazón se inmoviliza en el sueño que no tiene despertar, pero nunca olvidemos que en esta agitada existencia, los raros descansos son una bendición....

Fuente: http://enigmatologia.paradoxinc.org