El Informe Celea -Parte III-


Ishtacar, Guardian y Vigilante de Mundos

—Como observas —proseguía Joaquel—, no sólo están cruzando puertas que ya fueron abiertas a lo largo del proceso de contacto. Están afrontando nuevas responsabilidades y compromisos. Nuevas experiencias. Todo estaba destinado para este tiempo, en que trabajarían directamente con el “Gobierno Interno Positivo del planeta”.

—La dinámica de nuestro despliegue es muy grande —apuntó Xendor—. Compromete diversos aspectos. Por esta razón estás aquí, para que lo puedas palpar y sentir por ti mismo, y luego lo transmitas a los grupos que están trabajando en el mundo.

En ese instante, por la puerta en forma de arco ingresó un ser al salón. Era un gigante. Pienso que más alto que el propio Antarel. Su aspecto era nórdico. Corpulento. Vestido con un mono metálico, plateado, pegado al cuerpo. Su cabello era muy blanco. Y me sorprendió observar que se desplazaba con los ojos cerrados. Al verle, sentí que todo mi cuerpo se estremecía. Pensé que no lo iba a soportar.

La sensación de estar frente a este personaje fue inenarrable.

—Él es Ishtacar —se apresuró en explicarme Joaquel, mientras trataba de controlar mis emociones ante el gigante que se había parado exactamente frente a mí—. Ishtacar es un Guardián y Vigilante. Es quien coordina la cuarentena de protección que la Confederación dispuso en la Tierra para protegerla de intromisiones de visitantes extraterrestres con propósitos hostiles.

Joaquel traía a mi mente todo lo que anteriormente se nos había dicho. Dentro del orden de acción que reúne a las civilizaciones extraterrestres que nos contactan se hallan diversas jerarquías. Entre ellas se encuentra un grupo de seres que tienen la tarea de proteger y velar por mundos que se hallan en proceso de crecimiento y aprendizaje (como el caso de la Tierra).

Estos seres, conocidos como “Guardianes y Vigilantes” pueden bloquear el acceso a otras civilizaciones estelares si su intromisión podría suponer un riesgo para las criaturas vivientes de un planeta “protegido”.

Incluso se han registrado diversos enfrentamientos cuando se ha pretendido ingresar “por la fuerza” a la Tierra. De esto hay antecedentes desde épocas remotas al reciente caso Roswell, donde una nave de experimentación no autorizada fue “interceptada y abatida” por aquellos misteriosos guardianes cósmicos.

De acuerdo a estas informaciones, desde que el hombre empleó armas de destrucción masiva en la Segunda Guerra Mundial, la “Confederación” consideró conveniente establecer una suerte de cuarentena de protección a la Tierra, pues debido a nuestro desarrollo bélico podríamos “atraer” a civilizaciones extraterrestres de similar frecuencia vibratoria.

Era una amenaza que debía ser controlada de alguna forma.

—Dios...—me decía mientras no quitaba la mirada de aquel hombre extraterrestre, de unos 40 años de edad en apariencia, quien no se inmutaba, casi como si fuese un maniquí—.

—Tu planeta es muy especial —intervino el Vigilante, mentalmente, al igual que los Guías, pero la tonalidad de su voz era muy distinta, era como si fuesen en verdad muchas voces a la vez—. Ello está atrayendo a diversas civilizaciones, que intentan tomar de tu mundo todo cuanto puedan conseguir.

—¿De dónde es usted? —Me dirigí con timidez—.

—Ello no es importante, sino lo que voy a decirte... —respondió firme—.

Como saben, hace mucho tiempo —explicaba el Vigilante—, la Confederación dispuso la orientación del proceso terrestre a dos civilizaciones. Estas se encontraban en los grupos de estrellas que conocen como Pléyades y Orión.

Los seres de las Pléyades constituyen una avanzada cultura, dedicada a los estudios científicos, la compresión del tiempo y el espacio.

Orión, por su parte, es una civilización con tendencia bélica, situación que fue el caldo de cultivo para que el conflicto cósmico del cual se les ha revelado se precipitase desde allí.

Las Pléyades

Afortunadamente la Confederación reaccionó a tiempo y logró reducir la tensión, deportando a los disidentes a la Tierra. Y otro grupo, venciendo su pasado guerrero, halló su destino como guía y farol de la humanidad al trasladarse a las lunas de Júpiter, donde también se desplazó el consejo regente de la Galaxia, que antiguamente funcionaba en Orión.

Ishtacar hablaba de las colonias de Ganímedes, entre otras lunas de Júpiter, en donde se estableció una base importante de los colonos de Orión que llegaron a nuestro Sistema Solar hace más de 25,000 años.

—Después de todo ello —Ishtacar prosiguió con el relato, como si quisiese que redescubriera “algo” en el mismo— se designó una la civilización de lo que ustedes llaman Sirio para que observe y asista a la Tierra. Los seres de Sirio estaban calificados para emprender proyectos de inserción de conocimiento en el planeta, contribuyendo de manera importante en el desarrollo de antiguas civilizaciones. Funcionaron como instructores.

Los Oriones disidentes que se quedaron atrapados en la Tierra, en otro plano o dimensión paralelo al que ustedes se mueven, han procurado no sólo escapar en cuerpos nuevos a través de intentos de clonación humanos, sino que además alentaron a otras civilizaciones extraterrestres a venir a vuestro mundo con propósitos de colonización y depredación de vida. Pero hasta el momento todo ello lo hemos evitado.

Abducido examinado por alienígenas

Deben saber —añadió— que los avances científicos terrestres en el terreno de la clonación, son en extremo peligrosos porque precisamente a través de ello podrían corporizarse estas entidades, que ya se encuentran conspirando tras grupos que afirman estar en contacto con visitantes extraterrestres, cuando no se trata más que una manipulación de las fuerzas tenebrosas.

—¡Necesito preguntar! —Interrumpí— ¿Si están protegiendo la Tierra, porqué se siguen dando casos de raptos o abducciones como documentan algunos investigadores? ¿Acaso todos los casos son un fraude, o ustedes han tenido problemas para el bloqueo?

—Hasta el momento hemos anulado cualquier tipo de intromisión. Hemos actuado con firmeza cuando ha sido indispensable. Las abducciones, además que muchas veces han sido realizadas por humanos en la mente del testigo, con elementos claros de manipulación, lamentablemente también se han producido como raptos reales a manos de visitantes extraterrestres, y en una proporción más grande de la que imaginan. Los seres que la llevan a cabo ya estaban aquí...

—Es decir... ¿Llegaron antes que ustedes?

—La cuarentena definitiva de protección la aplicamos en la Tierra cuando vimos las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Al experimentar con armas de destrucción masiva se estaban exponiendo a que otras civilizaciones se acercasen a vuestro mundo. Entre más tecnología bélica posean y empleen, llamarán la atención de civilizaciones de similar condición vibratoria. Por ello la Confederación dispuso la cuarentena, para protegerlos ante la llegada de otras formas de vida extraterrestre con intenciones negativas.

Antes que se estableciera la cuarentena —continuaba— en la Tierra ya existían algunas bases de avanzada de la Osa Mayor, de donde vienen aquellas naves que procuran experimentos con vuestras poblaciones. Ellos supieron introducirse silenciosamente, aprovechando que aún no habíamos fortalecido el cordón de protección en la Tierra.

—¿Cuántas bases existen de estos seres?

—Poseen cuatro instalaciones submarinas y subterráneas. Dos de ellas cerca de los EE.UU.

—¿Y no pueden hacer algo? ¿No pueden intervenir?

—¡No en la Tierra! —contestó tajante— Ello no se nos está permitido. Además que alertaríamos demasiado al mundo con una intervención determinante de parte nuestra.

—Entonces, ¿qué pasará con estos seres?

—Ya está sucediendo —contestó con una calma aplastante—. Están desapareciendo al no poder controlar un virus que los degenera. Es cuestión de tiempo.

Los Vigilantes sabían que estos seres, conocidos dentro del estudio del contacto extraterrestre como “grises”, funcionaban en “colonias”. Encontraron su punto débil en un elemento orgánico sintético que logró ser ingresado a sus bases para contaminarlos silenciosamente. El proceso fue lento para que ellos no advirtieran el virus y que éste pueda propagarse efectivamente a todas sus colonias en la Tierra.

El plan ha funcionado y ahora están desapareciendo…

—La humanidad debe ser más conciente de la tecnología que está desarrollando —enfatizó—. Cuando hemos interceptado sin mayor opción una astronave de procedencia negativa, procuramos que el vehículo se desintegre y no lleguen fragmentos del mismo a tierra. No lo hemos logrado en todos los casos, y he allí la tecnología recuperada por algunos gobiernos de vuestro mundo, sin saber que con ello están cavando un hoyo debajo de sus pies. Nuestras naves algunas veces han sido impactadas en enfrentamientos, y al ver que podíamos caer a tierra, y el peligro que se podría generar si nuestra ciencia cae en manos equivocadas, no dudamos en detonarlas...

—Dios... ¿Pero por qué tanto cuidado con acceder a tecnología extraterrestre? ¿Por el mismo peligro que generamos en la Segunda Guerra Mundial al emplear bombas atómicas?

—Estás comprendiendo... Deben saber que hemos detectado un importante foco de tensión en los EE.UU. Ello podría precipitar decisiones de naturaleza bélica que afectarían la paz del planeta. Todo esto será generado desde oriente. Ya lo verán. El empleo de armas sofisticadas, puede conducirlos a un error muy grave…

El Vigilante trajo a mi mente una comunicación que recibiera en Monte Shasta el 11 de febrero, y que hablaba del trabajo de los grupos en los EE.UU y de eventos difíciles en la otra cara del mundo.

El mensaje decía textualmente:

“En EE.UU. se requiere la unidad y trabajo en enlace de los grupos para contrarrestar el foco de tensión que se emana desde esta región del planeta.

No olviden que se encuentran en una de las zonas más densas del mundo, donde es fácil olvidarse del camino a la luz, de sentir y comprender que existe un Plan emanado desde lo Alto y que espera la mayor conciencia y disposición del hombre. Desde esta región del mundo se tomarán importantes decisiones para la paz mundial ante eventos de marcada tensión en Oriente.

Por ello, más que nunca, la Misión requiere a los grupos trabajando en sintonía y generando un foco mental de irradiación positiva para enfrentar con amor todo esto”

(11 feb 2001).

Por alguna razón, el mes “Septiembre” y “Nueva York” se quedaron en mi mente cuando Ishtacar me hablaba. ¡El gigante extraterrestre estaba transmitiéndome una coordenada!

¿Qué significaba? ¿Qué ocurriría en esa fecha? ¿Ese sería el “foco de tensión” que nos llevaría a una escalada militar en Oriente Medio?

Cuando tuve todo más claro, descubrí que estábamos ante una advertencia.

Y debíamos evitar de alguna forma que ese incidente no se concrete pues afectaría al mundo entero.

Debo decir que hablé de esto abiertamente en conferencias públicas e inclusive en medios de comunicación masivos en California y Nueva York. Sin embargo, semanas más tarde, sucedía el lamentable incidente del 11-S.

Yo me encontraba en EE.UU. en ese momento, y fue un dolor tremendo ver todo lo pasó…

—Empiezo a comprender... —reflexionaba ante el gigante extraterrestre— ¿La Confederación no ha intentado nunca un diálogo más directo con los Gobiernos para alertarles de todo lo que está por venir?

—Tuvimos acercamientos directos con tres gobiernos de tu mundo: Francia, la Unión Soviética y los EE.UU. Pero como supusimos, no estaban preparados para comprender. Desde entonces, aprovechando la carrera espacial, hemos hecho llegar mensajes de alerta a diversos gobiernos a través de los astronautas terrestres, muchos de ellos aún en contacto mental con nosotros. Hemos avanzado mucho en este aspecto. Ya lo comprobarás por ti mismo, ya que uno de ellos te contactará en la Tierra…

—Qué peligrosos podemos ser los seres humanos... —pensaba—.

—¡Y que alto pueden llegar en actos de amor que observamos y aprendemos! —Intervino con firmeza el gigante guardián—. La naturaleza guerrera del ser humano es parte de la naturaleza extraterrestre que heredaron...

—¿Qué me tratan de decir con ello? —Miré a Joaquel, quien al igual que Xendor observaba la conversación en silencio—.

—En la sangre de los seres humanos existen patrones genéticos provenientes de Orión. Fueron insertados desde el principio como parte de un proyecto—habló Ishtacar, serio y firme—. Son, genéticamente, hijos de Orión...

—¿Tenemos genes que nos conecta con una raza extraterrestre guerrera? ¿Somos en cierta forma “descendientes” de aquellas civilizaciones de Orión? ¿Esto tiene que ver con el conflicto cósmico del cual nos hablaron, con el celo que algunos seres de Orión tuvieron del ser humano al desarrollarse el Plan Cósmico?

—Lo sabes, porque eres parte de todo ello... —Intervino hablando muy despacio, y siempre sin abrir sus ojos—.

—¿Qué sientes, Nordac...? —Era Joaquel quien me hablaba, como queriendo precipitar en mí un descubrimiento—.

—Siento que si logramos un estado de amor —le dije—, de integración absoluta con el Plan Superior, restituyendo aquel orden perdido del cual tanto nos han hablado, venciendo incluso nuestra naturaleza guerrera heredada de Orión... Demostraríamos que sí es posible alcanzar dimensiones superiores a través del amor y la fe. Se produciría una expansión, una redención cósmica... ¡Les demostraríamos que sí es posible!

—Has sentido y entendido... ¡Hecho está! —Apuntó Joaquel—.

Entonces Ishtacar abandonó el salón. Nunca abrió los ojos, sin embargo se desplazó como si los tuviese abiertos.

“Para conocer la verdad tienes que ser parte de ella” —se repetía en mi mente como un eco poderoso—.

En el diálogo, el Guardián y Vigilante también me habló de un tercer grupo de Orión, que logró escabullirse en el conflicto, quedando actualmente errante en el espacio. Estos seres se habrían transformado en una avanzada poderosa, con la intención de llegar en un momento a la Tierra y reclamarla como suya.

Según Ishtacar, en Egipto encontraría una clave que habla de este “retorno de Orión”. Más como me apuntó, el verdadero enfrentamiento que involucra al ser humano se está librando en un terreno totalmente distinto, y que no es el espacio, sino nuestro propio interior… Aunque parezca increíble, se espera que el ser humano despierte en sí mismo un “recuerdo” dormido que compromete un eslabón extraterrestre, y todo ello inclinaría la balanza hacia la luz, como hemos venido comprobando en la experiencia de contacto.

También se me explicó, que la creación de la Hermandad Blanca en la Tierra, no sólo apuntaba a la protección de la verdadera historia de la humanidad y el equilibrio de fuerzas manifiestas en el mundo. La Hermandad Blanca también tendría una función de “protección” de la humanidad. En su momento con menos restricciones que los propios Guardianes y Vigilantes, ya que al ser híbridos y poseer códigos genéticos humanos, pueden actuar con mayor libertad.

Según Ishtacar, me dijeron todo esto para que seamos concientes del real despliegue y dinámica del programa de contacto, en todas sus facetas. Y que debíamos seguir trabajando sin permitir distraernos por nada, ya que estábamos muy cerca de lograr una verdadera transformación. Que nuestro esfuerzo y trabajo estaba contribuyendo positivamente en el proceso.

Que no estamos solos…


Monasterios en los Andes y las Claves del Conocimiento Oculto

—¿Ahora entiendes por qué estás aquí? —Me habló Joaquel, notando que ahora el salón había perdido la luminosidad verdosa, tornándose de una luz dorada muy suave—.

—¿Cuál es el siguiente paso? ¿Qué nos resta hacer en Sudamérica luego de la Triangulación de agosto? —Consulté—

—Como parte de aquella preparación que los llevará al encuentro definitivo con la Hermandad Blanca —respondió Xendor ante una indicación del anciano—, conectarán en viajes guiados por nosotros “puntos intermedios” con el Gobierno Interior. Monasterios secretos que se hallan en la cordillera de los Andes y que guardan un enlace directo con el conocimiento perdido de vuestro mundo.

Estos monasterios —prosiguió—, son parte de misiones secundarias, que al igual que Misión Rahma hallan su esencia en los designios del Plan Cósmico. Los lugares donde iniciarán estas conexiones son tres, y se encuentran en Perú.

—¿Dónde está aquella gente? ¿Cuándo y cómo debemos hacer esto?

—Hallarán los monasterios al este de Marcahuasi, al norte de Cusco, y al norte de Puno. Tú sabes quiénes irán. Es una responsabilidad que comprometerá a diversos hermanos de los grupos a escala internacional. Espera con calma el momento, que sabremos asistirte —puntualizó—.

—¿Y el viaje al Monte Sinaí? —Consulté— ¿Es la consecuencia de nuestra reciente expedición a Paititi? ¿Qué encontraremos allí?

—Conectarán con una de las claves de acceso al conocimiento —intervino Joaquel—.

—Las Claves del Conocimiento Oculto... —repuse— ¿Qué son exactamente? ¿Ya hemos tenido acceso a ellas?

—Hay tres claves de acceso, y ya han conocido dos de ellas: La Clave del Recuerdo, y la Clave del Retorno —explicaba con voz suave el anciano Maestro—.

La Clave del Recuerdo es la etapa actual de la Misión en sí misma: El Séptimo de RAHMA. Un momento que fue predestinado para que pudiesen recordar quiénes realmente son, la esencia del programa de contacto y vuestra labor como misioneros en el mundo. La Clave del Recuerdo o Séptima Fase se activa en este tiempo en que accederán al instante de cómo llegaron a formar parte de la Misión.

La llave se las mostramos desde un inicio, y no es otra que el Nombre Cósmico (nuestra clave vibratoria personal).

La Clave del Retorno —prosiguió—, vibra en el número 14, que marca el regreso de aquello que debe volver. El puente de restauración. La Clave del Retorno involucra el arribo al mundo del Maestro de Maestros, del Cristo Cósmico...

Joaquel hablaba de claves que ciertamente habíamos venido observando, y que no supimos entender en toda su profundidad en un principio. Recuerdo bien una investigación que hicimos sobre la Puerta 14 o Clave del Retorno:

“De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce; desde David hasta la deportación de Babilonia, catorce; y desde la deportación de Babilonia hasta Cristo, catorce...” La Biblia (San Mateo 1: 17).

Jesús o la Puerta 14, “La Clave del Retorno”, puesto que el Maestro prometió volver, se refleja numéricamente en diversos relatos simbólicos del mundo antiguo, y siempre con la profecía de un retorno sagrado. Desde los 14 pasos o “Vía Crucis” que conducen al Maestro a su redención en el Gólgota, a Inkarri, el Inca 14 que volvería desde Paititi para restituir la luz en el mundo andino, el mensaje de esperanza y cambio eran más que evidentes.

Al margen de nuestras creencias religiosas, la Clave del Retorno habla del regreso de la luz al mundo, de una época de paz luego de las pruebas de transformación de todo el planeta y sus criaturas.


Jesús y La Clave de la Ascensión

—¿La tercera clave tiene que ver con Jesús? —Consulté emocionado—.

—¡Así es! —Contestó Joaquel—. La Clave de la Ascensión se encuentra en el Monte Sinaí, por ello debían mostrar un desprendimiento de amor en Paititi, y precipitar con ello la siguiente conexión que los llevaría a Egipto y la propia esencia de este mensaje.

El Arca de la Alianza

El Arca de la Alianza... —pensaba— . De acuerdo a nuestras investigaciones el Arca fue devuelta al mismísimo lugar en donde se dieron las instrucciones para construirla: El Horeb. En una galería subterránea del Sinaí, bajo la montaña de Moisés, reposa aquel objeto que protagonizó diversos hechos sobrenaturales narrados en la Biblia. ¡La Clave de la Ascensión estaba relacionada a ella!

—Ahora entiendo por qué Alcir en el contacto físico de 1996 nos dijo que el verdadero secreto estaba dentro del Arca sagrada —reflexioné en voz alta.

Joaquel —pregunté— ¿Más allá del símbolo y su mensaje, qué hay exactamente dentro del Arca de la Alianza? ¿Está relacionado con la Clave de la Ascensión?

—En su interior se halla el archivo de información más importante que protege la Hermandad Blanca de la Tierra —contestó—. El Arca fue construida por indicaciones de seres de la estrella Taigeta (Pléyades) para que en su interior pudiese conservarse el testimonio genético de un proyecto cósmico.

En el Arca de la Alianza —añadió despacio y calmado— se protege una muestra de la sangre del Maestro, un archivo trascendental que contiene la información necesaria de cómo un ser humano puede alcanzar el séptimo nivel de consciencia.

—¡Esto es impresionante! —Exclamé— Esto podría explicar la conexión entre Egipto y Paititi, y porqué siempre nos dijeron que todo aquel que marchase al Paititi comprendería la misión de Jesús. Pero, ¿cómo llegó la sangre allí? ¿Cuál es el objetivo de mantenerla?

—Ello lo sentirán en el Sinaí más allá de todo lo que podamos transmitirte hoy —repuso—. En un futuro podrán asimilar estas revelaciones.

Pensé entonces en la obsesión de la Alemania Nazi en poseer objetos sagrados relacionados con el Maestro, tales como el Santo Grial, la Lanza del centurión romano Longinos, y la propia Arca de la Alianza. ¿Se procuraba acceder al registro de información genética del Maestro? ¿Con qué fines?

—Debes saber que en esta nueva etapa —me interrumpió Xendor—, entrarán en contacto con fuerzas de luz inteligentes, con seres del propio Universo Mental. Se acerca un momento de conexión cósmica para el cual deben estar preparados. Grandes cambios se acercan...

—¿Cómo serán aquellos cambios? ¿Qué signos se mostrarán en el mundo?

—Lo verán en los próximos acontecimientos mundiales —intervino Joaquel nuevamente—. Cuando nuestras naves sean detectadas con insistencia, inquietando el espacio aéreo de diversos países en una oleada de observaciones sin precedentes, la humanidad tomará mayor conciencia de nuestra visita y aproximación. A todo esto se sumará un hecho revelador desde el Vaticano, que remecerá los cimientos de una de las religiones más influyentes en tu mundo.

No olviden que vuestro trabajo como misioneros —enfatizó— apunta a una labor conjunta con la Hermandad Blanca del planeta: Preparar el advenimiento del Cristo. Nunca lo olviden...

En ese instante noté que una puerta se había abierto a unos metros de mi ubicación, ubicada a mi lado izquierdo en la pared circular. Era trapezoidal y parecía conducir a otro salón…

—¿Quieres conocer cuál es la llave de salvación de la humanidad? ¿Deseas verla? —Me hablaba Joaquel con firmeza—.

—Sí... —contesté—.