El silencio evangélico


Los cuatro evangelios canónicos guardan silencio sobre la actividad de Jesús desde su nacimiento hasta cumplir ya los 12 años de edad.

Toda mención al Mesías niño se reduce a:

"El niño crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en él. Sus padres iban cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua. Cuando contaba 12 años, subieron como era costumbre de la fiesta y, pasados los días, cuando regresaron, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que se dieran cuenta sus padres. Creyendo que iba en la caravana, llegaron al término de la jornada y lo buscaron entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, regresaron a Jerusalén para buscarlo. Y, al cabo de tres días, lo hallaron en el Templo, sentado ante los Maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos cuantos le escuchaban se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo se quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Tu padre y yo te hemos estado buscando con ansias.» Él les dijo: «¿Cómo es que me buscabais?, ¿no sabíais que yo he de estar en casa de mi padre?» Pero ellos no comprendieron lo que les decía. Después bajó con ellos, regresó a Nazareth y les fue obediente y su madre lo conservaba todo en su corazón. En cuanto a Jesús, progresaba en sabiduría, crecía y aumentaba en gracia tanto ante Dios como ante los hombres."

(Lucas, 2, 40-52)

Pero lo más sorprendente es que la Biblia no vuelve a mencionar a Jesús depués de este hecho ocurrido a sus 12 años, hasta que ha cumplido ya los 30:

"Cuando Jesús comenzó tenía unos 30 años."

(Lucas, 3, 23)

Entre esta cita bíblica y la anterior han transcurrido 18 años. 18 años de silencio, que rompen la continuidad en el relato bíblico de la vida de Jesús. Pero no debemos contentarnos con este silencio. Ya que en tal caso, sería completamente lícito plantearse seriamente la prgunta de si este hombre que aparece en la vida pública a los 30 años de edad, es realmente el mismo niño Jesús nacido en Belén.

© Andreas FABER-KAISER
fuente: Web AFK