Cosmogonía


Cosmogonía (del idioma griego κοσμογονία, o κοσμογενία, siendo κοσμος "el mundo" y la raíz γί(γ)νομαι / γέγονα, "nacimiento, nacer") es el conjunto de narraciones e historias ideadas con la intención de dar respuesta a "como aconteció la creación del Universo, y de el hombre mismo".


Descripción

En la antigüedad los mitos ofrecían respuestas sobre el origen del universo, cosa que actualmente hacen las teorías científicas. La diferencia es que mientras la ciencia explica los hechos a través de la relación entre conceptos científicos, las culturas arcaicas los explicaban mediante relatos de las relaciones entre los dioses, relatos llamados mitos.

Al ofrecer una visión integradora del mundo, al facilitar el tránsito de la extrañeza a la comprensión, los mitos y los ritos que acostumbraban acompañarlos permitían la seguridad psicológica de los partícipes en la creencia colectiva y, a la vez, la elaboración de los signos de identidad necesarios para la vida en comunidad.

En estos mitos, los dioses suelen representar las fuerzas elementales de la naturaleza —al menos aquellas más fácilmente identificables—, y de la relación de las cuales derivan la multitud de fenómenos naturales que condicionan nuestras vidas.

Los mitos elaborados por las diferentes culturas desde la antigüedad hasta nuestros días y que intentan explicar el origen del Universo y el principio de los tiempos, es lo que llamamos "cosmogonías".

En general, estas llamadas "narraciones cosmogónicas" nos retrotraen a un momento originario en el cual el mundo no estaba formado, o aun no estaba configurado tal como lo vemos. Los elementos constitutivos se hallaban en desorden y el relato mítico nos narra, precisamente, el proceso de reagrupamiento, de integración del material. Sea en la recensión de Hesíodo, recogida en su Teogonía o en el relato del demiurgo platónico presente en el Timeo, las cosmogonías griegas narran como en el origen fue el Caos. El acto de creación divino es pues, un acto de orden. Esto a su vez marcará el principio del ser y del bien para el pensamiento griego. El ser no puede ser lo informado; por lo mismo el mal se acerca a la carencia de límite.

En el ámbito de la cosmogonía judeo-cristiana, nos retrotraemos a la narración presente en el primer libro del Pentateuco. En Génesis se relata cómo Dios empieza a crear el mundo "en un principio". En el texto original no aparece mención explícita a un proceso de creación ex nihilo. Con más parentesco con los relatos cosmogónicos griegos del que a primera vista podría ser percibido, leemos más adelante como la creación es un proceso que tiene lugar por separación: la tierra de los cielos, la tierra de las aguas, la luz de la oscuridad. Es decir, se procede por separación de componentes que, según esta lectura, se los podría imaginar constituyendo un amasijo informe con muchas similitudes con el caos primigenio de las cosmogonías griegas.

De hecho, en ocasiones se ha señalado cómo precisamente por el hecho de que la creación yavhista está articulada en torno a la separación de categorías, la idea de mal estará consecuentemente asociada con lo que cruce, con lo que transgreda el límite de dichas categorías. Es decir, una vez más el mal estaría asociado con la falta de forma, con la difuminación de límite y lo que el mal afecta no es otra cosa que la unidad del cosmos. Por eso en general, las narraciones cosmogónicas no sólo representan una configuración ontológica del Universo, sino que de ellas también se derivan ciertas necesidades éticas para la preservación en la unidad del mismo.


La cosmogonía en la época moderna y contemporánea

Las teorías científicas proporcionan actualmente al imaginario popular los elementos para la descripción del origen del universo y lo que hay en él; orígenes que anteriormente eran explicados solo a través de la cosmogonía presente en las diferentes religiones. Así, actualmente las ciencias describen la evolución del universo, particularmente a través de la teoría del Big Bang; y el origen y la evolución de la vida, a través de la teoría de la síntesis evolutiva moderna.

Dentro del ámbito del evolucionismo, Richard Dawkins, en su texto El Gen Egoísta, narra el origen de la vida como el momento en el cual aparece sobre la tierra una molécula, formada accidentalmente, que tenía la propiedad de crear copias de sí misma. A partir de este ancestro común, Dawkins explicará el desarrollo de la vida, describiendo las diversas ramificaciones en especies en lo que él denominó "errores en la replicación". Allende las pretensiones evolucionistas del discurso dawkinsiano, la idea de una molécula que se forma por accidente en un punto impreciso y que a partir de la misma se origina la cadena vital, tiene muchas resonancias de mito demiúrgico: material disperso que se reagrupa en una forma molecular, origen de todas las formas vitales sobre la faz de la tierra.