El Rostro de la Sábana Santa


Historia de una reconstrucción

Uno de los mayores enigmas con los que se enfrenta el ser humano es el de tratar de poner facciones e imagen al rostro de Cristo. Hasta nuestros días han llegado muchas interpretaciones artísticas de diferentes autores e incluso la imaginería se ha acercado de forma notoria hasta este tema, sin embargo jamás hemos tenido la certeza de que el rostro representado se acercara a la imagen real del galileo. Hoy sin embargo, en nuestro país y gracias al trabajo concienzudo del Profesor de Bellas Artes Dr.Juan Manuel Miñarro , nos acercamos a la aproximación más veraz que el ser humano ha hecho sobre el rostro de Cristo apoyándose en el lienzo de Turín y teniendo a su alcance todos los medios de los que la Ciencia hoy es capaz de aportar. El profesor Miñarro ha logrado modelar el supuesto rostro de Cristo en un estudio sin precedentes a nivel mundial y cuya memoria de este ,sin dudas, importante proyecto hoy reproducimos con su autorización expresa.


Jesús, antes de la pasión Antes de la Pasión Jesús, después de la pasión. Después de la pasión
El verdadero retrato del Hombre de la Sábana Santa de Turín (Reconstrucción basada en métodos de fotometría y apoyo infográfico)

La idea de realizar un estudio escultórico sobre la misteriosa figura del Hombre de la Sabana Santa de Turín, surgió a partir de un artículo que publicaba el diario El mundo el pasado 28 de marzo. En dicho articulo, aparecía el rostro de un hombre que, según un grupo de científicos de la Universidad de Manchester, podría ser el verdadero retrato de Jesús de Nazarét. El trabajo de estos científicos era un encargo de la BBC, parea un programa de televisión que se titularía “Hijo de Dios”.

El grupo de estudiosos, encabezados por el especialista forense Richard Neve, habían utilizado, para la posible reconstrucción del retrato de Jesús, un cráneo de varón extraído de las excavaciones de unos enterramientos del Siglo I en Jerusalén. Por otra parte también habían manejado fuentes icnográficas procedentes de sinagogas de los siglos I y III.

Con las fuentes mencionadas y un avanzado programa gráfico como método científico, habían conseguido la imagen de un rostro de varón, a nuestro parecer de rasgos bastante vulgares. Pero lo que resultaba más controvertido, era que las facciones no coincidían para nada con el retrato de Jesús difundido por el Arte a través de los tiempos. Retrato, que por otra parte, si parece coincidir con el misterioso rostro de la Sábana Santa de Turín. Y no debemos de olvidar que el rostro de Turín sí guarda múltiples coincidencias con los iconos de Jesús que se difunden a partir del siglo VI.

El rostro recreado por los científicos británicos enseguida tuvo eco en los medios de comunicación, que rápidamente se hicieron con la noticia. La polémica saltó posteriormente a los medios informativos y el trabajo de los universitarios de Manchester, tuvo más de una critica. En nuestro caso produjo cierta rabia y desconcierto, ya que era clara la carencia de toda base científica. No debía, bajo ningún pretexto, admitirse que un retrato de Jesús ( un personaje histórico) pudiera reconstruirse utilizando un cráneo cualquiera, y por lo tanto arbitrario. Máxime cuando la fisonomía de un rostro sabemos que depende fundamentalmente de un soporte óseo individual, y característico. La posibilidad de que el ensayo de los británicos fuese semejante siquiera al verdadero rostro de Jesús, entraría en el terreno del más puro azar. Sobre todo cuando sabemos que en la Jerusalén de aquella época convivía una amalgama de etnias de muy diversos orígenes.

Para nuestro entender, se había cometido una falacia científica insostenible. Tan insostenible, como si un supuesto equipo de científicos pretendiesen por el mismo método deducir el verdadero retrato objetivo de Julio Cesar, utilizando el cráneo de un ciudadano romano de la misma época. La antropología física demuestra que la reconstrucción facial de un determinado individuo solo puede ser ensayada sobre su propia estructura ósea.


Superposición tridimensional del Rostro de la Sábana Santa Superposición tridimensional del Rostro de la Sábana Santa
Argumentos científicos del proyecto

Toda teoría o hipótesis científica debe basarse en un numero suficiente de hechos demostrables y a la vez de la comprobación de un patrón de regularidades o coincidencias. De la sistematización de estas observaciones de pende la deducción de un número X de probabilidades, y por lo tanto el fundamento para que un determinado hecho pueda ser extremadamente probable, improbable o una certeza científica.

La Sabana Santa de Turín, ha sido y es la reliquia, y a la vez el objeto arqueológico, más estudiado por la comunidad científica desde el año 1.898. Jamás un objeto antiguo ha convocado para su estudio un cuerpo científico multidisciplinar tan extenso. Hasta ahora nadie ha podido demostrar la falsedad de la imagen impresa. Igual que tampoco se sabe con certeza su naturaleza y origen de la impronta. Incluso las pruebas de carbono 14 realizadas el año 1.998, han sido posteriormente desautorizas con argumentos científicos que rebaten los resultados de la datación, que daba como origen del lienzo el siglo XIII.

En la Sabana Santa aparece una imagen latente, de un cuerpo de varón yacente, que presenta todos los estigmas de un crucificado, pero con unas coincidencias puntuales con la crucifixión de Xtro según las narraciones evangélicas, que resultan como menos inquietantes.. La posibilidad de que la imagen de este varón sea la de Jesús de Nazarét, ha sido estudiada por muchos científicos, y las conclusiones han sido diversas pero nada despreciables.

En el año 1.972, el ingeniero Francés Paul de Gail, reemprendiendo unos cálculos ya realizados por Yvés Delage; y con fundamentos en datos históricos y científicos comprobados sobre la Sabana Santa, dedujo una formula matemática de probabilidades. Para la formulación, utilizó el análisis de 7 variables, y dedujo que las probabilidades de que la imagen de la Sabana Santa no sea la de Jesús de Nazarét, eran de uno partido por doscientos veinticinco mil millones.

Según esto es extremadamente probable que el retrato verdadero de Jesús sea el de la imagen latente que aparece en los lienzos de Turín. Y esto si es un dato científico a tener en cuenta.

Además de Paul Gail, otros científicos han investigado las coincidencias entre el retrato artístico de Jesús, y él que aparece en el lienzo de Turín. Entre ellos destacaremos a Georges Gharib, Ian Wilson y Alan D. Whanger. Concretamente este último, profesor de la Universidad Canadiense de Duke, ha descubierto extraordinarias coincidencias entre la Imagen Sindónica y los iconos bizantinos que emanan de la antigua ciudad Turca de Edesa a partir del siglo V. Utilizando unas técnicas de imágenes fotográficas, luz polarizada y fotometría, ha llegado a descubrir más de 145 puntos de coincidencias entre estos iconos y el misterioso rostro de la Sindone.

Por lo tanto debemos de manifestar y defender otra hipótesis científica deducida de estos estudios, cuyo enunciado sería: “Es extremadamente probable que el rostro de la Sabana Santa de Turín, La Sindone o Santo Mandilón, sea la inspiración y el referente que los artistas utilizaron para el cambio radical en las representaciones cristíferas”. Sería pues la Sabana Santa, la que dio lugar al retrato oficial de Xtro acuñado por el Arte y que ha llegado hasta nuestros días. El Jesús de los primeros siglos de la era cristiana era representado con pelo corto, imberbe o con barba rala. A partir del siglo V y VI, la imagen comienza a ser extremadamente parecida al rostro del hombre de la Sindone: Las características básicas son: pelo largo y dividido al centro; barba larga y bífida; rostro de facciones alargadas y bien definidas; pómulos prominentes; cejas en arco fuertemente marcadas; ojos almendrados y exoftálmicos; boca de labio inferior prominente; nariz diferenciada en sus tres segmentos constitutivos: raíz, dorso y punta.

Por todos los argumentos anteriormente expuestos, creemos que las probabilidades de reconstruir un retrato de Jesús de Nazareth, utilizando los Lienzos de Turín es mucho mayor y tiene más base científica, que utilizar un cráneo cualquiera de un Judío del siglo I.


Antecedentes artísticos

No es la primera vez que un artista hace algo basado en la Sabana Santa. Con mayor o menor objetividad, existen varias representaciones del Hombre de la Sabana Santa, tanto en pintura como en escultura. Algunos artistas lo han representado en vida, otros tras la muerte, abundando más este tipo de representación.

La más reciente (año 2.000), es la escultura completa del artista Luigi Mattei. Para la realización de esta obra, el escultor ha utilizado un proceso de modelado en arcilla tomando datos de partida de un estudio antropométrico y anatómico realizado por la Universidad de Bolonia. El método ha sido pues de intuición y proceso artístico, con lenguaje de modelado asistido por medidas reales y observaciones de fotografías de la Sabana Santa. Actualmente esta obra fundida en bronce, se encuentra en el museo de la Sabana Santa, en la ciudad de Turín. Otro trabajo que merece mención, es el del pintor malagueño Francisco Trigueros, mucho más realista y definido que el trabajo expresionista de Mattei. Aunque no utiliza ningún método objetivo de comprobación.

También citaremos, otras representaciones pictóricas y dibujísticas del rostro del hombre de la Sabana Santa. Queremos destacar la realizada por el pintor Armenio Aggemian en el año 1.935, difundida en un famoso holograma; o los dibujos de Monsricci; Teressa Maeso; Bruner y Francisco Pardo basados en los estudios de Luigi Gedda, este último de un acertado realismo forense.

Pero la cuestión no es la representación artística en sí misma, sino el método que se haya utilizado para la ejecución. En nuestra opinión, no se trata de realizar una interpretación artística por fotografías, utilizando solo la destreza manual o la experiencia artística como instrumento Se trata de utilizar un método de control y de rigor científico que posibilite la recreación, en este caso tridimensional, del rostro del hombre de la Síndone.

De hecho, la verdadera aportación de este proyecto ha sido y es el método utilizado, las fuentes consultadas y las técnicas artísticas intrumentalizadas a través de soporte digital e infográfico. As continuación pasamos ha explicar brevemente nuestra aportación.


Fundamentos y metodología

Nos hemos basado en el método de la superposición de Alan Whanger. Utilizando un soporte infográfico que nos ha permitido en todo momento superponer imágenes del rostro de la Sabana Santa con las distintas secuencias de modelado que convertirían los datos de la Sindone en imagen tridimensional. La superposición de fotografías se convierte en un método aceptado científicamente, y que se define como fotometría. La posibilidad que ofrecen los programas informáticos y la imagen digital han sido fundamental en la ejecución de nuestro trabajo.

El objetivo inicial del proyecto era ofrecer a la comunidad científica y a la opinión publica, una respuesta contundente en contra de la Hipótesis de los científicos de Manchester. Al mismo tiempo era un reto personal como escultor, y como no, como imaginero, ya que jamás me había planteado realizar un ensayo con recursos científicos del retrato de Jesús de Nazarét. Fue la vulgaridad del rostro publicado en el diario “El Mundo”, el que me disparó hacia esta empresa.

Hemos querido realizar un rostro del Hombre de la Sábana Santa como sería en vida, para ello le hemos abierto los ojos y corregidas las deformaciones de nariz, cejas y pómulo. Ya él profesor Tamburelli había realizado estas correcciones con un programa informático sobre secuencias tridimensionales obtenidas por la NASA.

Pretendemos difundir esta imagen de plenitud vital, muy semejante al trabajo de Aggemian, aunque en este caso tridimensional.

Hemos utilizado para la base informática e infográfica, diferentes imágenes científicas de la Sábana Santa, en definitiva una documentación fotográfica exhaustiva y concreta del rostro. Las imágenes utilizadas han sido las siguientes:

  1. Imagen visible: fotografía positivada
  2. Imagen positiva: negativo fotográfico
  3. Imagen fotográfica de Isodensidad
  4. Imagen tridimensional de Tumbarelli corregida
  5. Fotografías tridimensionales de perfiles de Leo Vala
Estas fotografías fueron obtenidas entre un muestreo bibliográfico, concretamente de los siguientes autores:

  1. Manuel Solé
  2. Kenneth E. Estevenson y Gary R. Habermans
  3. Manuela Corsini de Ordeig
  4. María Grazia Siliato
  5. Juan Alarcón Benito
  6. Jorge Lorín
  7. Julio Marvizón
Por otra parte preparamos un cráneo tridimensional de un modelo clástico, para obtener en cráneo modificado que a la postre debían compartir el modelo en arcilla y el rostro de la Sabana Santa.

Al mismo tiempo preparamos el soporte para la arcilla con su correspondiente armazón, y las herramientas para modelar.

Por otra, el ordenador, una cámara digital sobre trípode y un programa de utilización de imágenes denominado Live-Pix.

Todo esto era el entorno que configuraban el conjunto de datos e instrumentación de nuestro trabajo.

La técnica fotográfica ha emplear, exigía un perfecto control de las tomas, para evitar errores de paralaje o aberraciones ópticas. La imagen Sindónica tiene entre otras calidades, que es totalmente ortogonal, por lo tanto está exenta de escorzos y perspectiva. Por este motivo las fotos de nuestro modelo debían de tener la misma cualidad, y para ello había que controlar en todo momento la altura de la línea de horizonte y por supuesto la distancia y colocación relativa entre la arcilla y el plano del objetivo de la cámara. Para ello debíamos marcar unas referencias tanto para la rotación del modelo, como para la colocación del trípode. Es conveniente un trípode con indicadores de nivel de burbuja, el que hemos utilizado posee tres niveles.


Proceso

Comenzamos nuestro trabajo preparando en el ordenador el soporte óseo del retrato. Para ello utilizamos un cráneo tridimensional, que fue introducido en el programa a través de foto digital. El objetivo era conseguir un cráneo virtual del hombre de la Sindone. Para ello había que transformarlo hasta la superposición perfecta con la imagen positiva del Hombre dela Sabana Santa. Los paramentos de transformación venían dados por la búsqueda de la coincidencia de los puntos de inserción de los músculos principales de la mímica, en sus correspondientes puntos de inserción ósea. Así las partes blandas del rostro comenzaron ha asentarse sobre los accidentes óseos. Solo nos circunscribimos al perímetro del rostro, alrededor de los principales accidentes y orificios de la cara. No hemos tenido en cuenta las formas óseas de la mandíbula inferior, aunque si cuidamos de situar los arcos dentales y la fosa temporal.

Tras este proceso, habíamos conseguido un cráneo mesocéfalo correspondiente al tipo que debió tener el Hombre de la Síndone.

Ya teníamos la estructura ósea virtual que en ahora debía de ser superpuesta en distintas secuencias del proceso de encaje del modelo. Para ello obteníamos fotos digitales del modelado, las introducíamos en el ordenador y valorábamos las coincidencias de los puntos de referencias anatómicos. Seguidamente corregíamos los datos no coincidentes en la arcilla y repetíamos el proceso para la nueva comprobación. Cuando los principales elementos estaban situados, comenzamos con la colocación de los rasgos y sus proporciones. Para este proceso utilizamos las fotografías negativas y positivas del rostro de la Sindone, comprobando la correspondencia con el modelado de arcilla sobre la base de mecanismos de superpoción y translación de las distintas secuencias. De este modo fuimos repitiendo el proceso hasta la correcta superposición de todos los rasgos.

Para ultimar el modelado de las partes blandas utilizamos secuencias de superposición de las imágenes fotográficas de Isodensidad y las de Tamburelli.

Para la colocación del cabello y barba buscamos las coincidencias de algunos puntos de referencias, hasta conseguir unas formas perimétricas aceptables.

La arcilla nos permitía en todo momento la corrección y adaptación de formas, sobre la base de las sucesivas secuencias de comprobación por superposición.

Para la volumetría del conjunto, era inevitable la realización de los perfiles y la cara posterior. Para los perfiles utilizamos las rotaciones realizadas por Leo Vala. La Vista posterior se completó con la representación del peinado que también se aprecia en la imagen de la Sabana Santa, por ello le hemos recogido el cabello en una cola central al modo de los rabinos o Judíos Esenios del siglo I.


Conclusiones

El resultado ha sido sorprendente, en todos los sentidos, sobre todo cuando a la postre de todo un proceso técnico y artístico muy complejo y objetivo, me encontraba de nuevo con él retrato oficial de Jesús de Nazarét. Otra vez nos reencontrábamos ante la Imagen que los pintores y escultores, han venido ejecutando desde el siglo V de nuestra era y hasta nuestros días.

La obra ha sido posible, gracias a las técnicas de la escultura, a la infografía, a la fotometría y a los numerosos estudios sobre la Sabana Santa de Turín consultados.

Hemos procurado que en todo momento la objetividad. El retrato se ejecutó en arcilla, posteriormente por un proceso de moldeo elástico, lo hemos reproducido en dos soportes: resina y bronce. En la obra en bronce pretendemos solo exponer la escultura en sí misma. Para que de esta forma sólo sean patentes los volúmenes y el claroscuro.

En la copia en resina hemos querido ensayar el aspecto pictórico de la obra. Aunque el tema color nos parece que carece de interés científico ya que para nada existen datos fiables, por lo que todo serían meras conjeturas.

El tema de la medida no lo hemos podido tener en cuenta ya que las imágenes de la Sabana Santa que hemos utilizado no estaban a escala real. Tal vez el busto sea algo mayor del natural. Pero en todo caso las dimensiones están en relación proporcional de semejanza con la supuesta realidad. Por lo que la medida objetiva solo representaría un problema de escala.

La probabilidad científica de que el rostro que presentamos fruto de este trabajo, sea el que corresponde al rostro del Nazareno, es sin dudas infinitamente superior a la pretensión de la BBC. Por supuesto, no es una certeza científica. La ciencia aun no ha podido demostrar la identidad del Hombre de la Sindone. Pero si está en condiciones de afirmar que es extremadamente probable que la Sabana Santa sea la huella terrenal de la presencia histórica de Jesús de Nazareth.

Actualmente hemos realizado la segunda parte del trabajo, se trata de ejecutar una representación escultórica objetiva del hombre de la Sindone con el aspecto real, tal y como aparece en las fotografías de la Sabana. Por lo tanto el rostro, en este caso estará adornado con los estigmas de la Pasión.

El método ha sido el mismo, pero en este caso hemos partido del molde de la primera cabeza, consiguiendo por la técnica del apretón, el fragmento correspondiente al rostro. Hemos utilizado fotos a tamaño real de la Síndone, negativo fotográfico y fotografía tridimensional corregida de Tamburelli. Las secuencias de superposiciones nos permitieron ir corrigiendo en el barro los perfiles, a la vez que definíamos el modelado de superficie colocando las zonas contusas e inflamadas.

Los principales regueros de sangre se situaron en relieve. Para el análisis de general de las contusiones, utilizamos los estudios de Mons Ricci. Según el mapa de contusiones elaborado por dicho autor, situamos todos los pormenores, comprobándolos por superposición con el rostro de la Síndone. Como en este caso teníamos fotos a tamaño real del lienzo, hemos ajustado el tamaño del modelado por fotometría, por lo que el resultado es un rostro idéntico y superponible a la Síndone en todos los sentidos. El resultado final fue reproducido por molde elástico en escayola exaduro, y policromado al óleo para potenciar más aun los aspectos realistas de la obra.

El profesor Miñarro actualmente trabaja en la reconstrucción del cuerpo de la Sábana Santa cuyo término se prevé para mediados del 2003.

Fuente: AlterGuía.com Rafael Cabello Herrero y José Manuel García Bautista. Con la autorización del Profesor J. M. Miñarro España