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La fecha fue el 19 de julio de 2009. El astrónomo aficionado Anthony Wesley estaba tomando fotografías del planeta Júpiter con su telescopio casero en Murrumbateman, Australia, cuando algo raro en el ocular le llamó la atención.
"Tenía toda mi atención puesta en la Gran Mancha Roja, que se estaba ocultando con gran belleza detrás del horizonte joviano", recuerda Wesley. "Apenas si noté la mancha oscura cerca del polo sur de Júpiter y, cuando lo hice, no le presté demasiada atención".
Es solamente otra tormenta oscura en Júpiter
"Eso es lo que pensé en un principio, pero algo en esa mancha me intrigó, no se veía bien, y no pude parar de mirarla".
Lentamente, la rotación de Júpiter hizo que la mancha girara en dirección a la Tierra, entonces Wesley pudo verla mejor, y la verdad lo sacudió como si fuera un rayo.
Era una marca de un impacto. ¡Algo había golpeado al planeta gigante!
"Había visto las cicatrices causadas por los fragmentos del cometa Shoemaker-Levy 9 que golpearon a Júpiter en 1994, así que ya sabía cómo se veía un impacto", dice. "Luego de convencerme de que esto era real, apenas si pude usar la computadora. Mis manos estaban temblando. Era simplemente increíble".
Rápidamente, Wesley envió (por correo electrónico) sus fotografías a amigos y colegas alrededor del mundo y, en cuestión de horas, telescopios de todas las catagorías estaban ya girando hacia las coordenadas de Júpiter para fotografiar la situación posterior a la poderosa colisión.
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En un golpe de suerte casi tan grande como el de Wesley, los astrónomos del JPL, Glenn Orton y Leigh Fletcher, ya habían programado observar a Júpiter el 20 de julio, apenas un día después del impacto, utilizando las Instalaciones del Telescopio Infrarrojo (Infrared Telescope Facility o IRTF, en idioma inglés), de la NASA, en la cima del volcán Mauna Kea, en Hawai. El telescopio de 3 metros reveló una nube reciente de residuos de un tamaño similar al del planeta Marte, la cual flotaba entre las bandas nubosas de Júpiter.
"El objeto, cualquier cosa que haya sido, explotó en la parte superior de la atmósfera de Júpiter", dice Orton. "Se hizo añicos. Lo que vemos ahora son restos y fragmentos del objeto que impactó, y posiblemente algunos aerosoles extraños formados por procesos químicos de choque durante el impacto".
El 23 de julio, el Telescopio Espacial Hubble tomó sus primeras imágenes del sitio del impacto. El Hubble todavía estaba siendo revisado y calibrado después de llevar a cabo la misión de servicio STS-125 que se realizó en mayo, pero este evento era demasiado importante como para perdérselo. El director del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, Matt Mountain, concedió un tiempo adicional de emergencia para que un grupo de astrónomos, dirigidos por Heidi Hammel, del Instituto de Ciencias del Espacio, en Boulder, Colorado, utilizara el telescopio.
Como siempre, las fotografías tomadas por el telescopio Hubble robaron cámara. En ellas quedó revelado un remolino de residuos cenicientos que se abre paso entre las tormentas naturales cercanas a las partes más altas de la atmósfera de Júpiter:
El astronauta del transbordador espacial y veterano en reparaciones del Hubble, John Grunsfeld, dijo que estaba encantado con la fotografía "porque era la primera imagen enviada con la recién estrenada cámara WC3, que Drew Feustel y yo instalamos en mayo. Gracias a la WC3, pudimos ver el impacto con impresionante detalle".
"La nube de residuos da la impresión de ser grumosa debido a la turbulencia atmosférica", dice la científica planetaria Amy Simon-Miller, en el Centro Goddard para Vuelos Espaciales. "Los vientos polares, que soplan a una velocidad de 25 m/seg (~55 millas por hora), hacen que se extiendan y que la mancha se agrande. Esto provoca que la nube sea aún más fácil de observar con telescopios caseros".
A juzgar por el comportamiento de los impactos del cometa Shoemaker-Levy 9 hace quince años, ella calcula que la 'nube de residuos de Wesley' podría continuar siendo visible durante muchas semanas. Los investigadores aprovecharán ese tiempo al máximo. Estudios posteriores de la nube podrían revelar el gran misterio:
¿Qué impactó contra Júpiter?
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Y, efectivamente, no hubo advertencia alguna. El objeto emergió de la oscuridad, desconocido y sin catalogar y, ¡paf!, antes de que cualquiera pudiese fotografiarlo intacto, ya se había convertido en una nube de residuos. (Aquí hay una lección para el planeta Tierra, pero esa es otra historia).
La composición química de la nube contiene pistas sobre la naturaleza del objeto que impactó. Orton dice que los observadores, usando telescopios en tierra, están ahora analizando la luz reflejada por la nube para averiguar de qué está hecha. "Si el espectro contiene signos de existencia de agua, eso sugeriría que se trata de un cometa. De lo contrario, probablemente sea un asteroide rocoso o metálico".
Mientras tanto, éste es un gran misterio —del tipo de los que Wesley no puede dejar de mirar. "Todavía observo a Júpiter casi todas las noches, usando mi telescopio de 14,5 pulgadas", dice. "La nube se está expandiendo y está tomando formas muy interesantes".
"Me pregunto", dice, "¿qué sucederá ahora?"
Fuente: ciencia.nasa.gov