La insólita Capadocia


valle de Göreme
Capadocia (en turco: Kapadokya; gr. Καππαδοκία) es una región histórica de Anatolia central, en Turquía, que abarca partes de las provincias de Kayseri, Aksaray, Niğde y Nevşehir.

Capadocia se caracteriza por tener una formación geológica única en el mundo, y por su patrimonio histórico y cultural. En el año 1985, fue incluida por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad, con una zona protegida de 9.576 ha.

Desde hace miles de años y hasta la actualidad, ha habido siempre asentamientos humanos en la región. Algunas civilizaciones antiguas florecieron aquí, como la hitita, y otras procedieron de civilizaciones europeas o de otras regiones de Asia Menor, y todas ellas han dejado su huella cultural en Capadocia.

Los humanos se asentaron allí por primera vez hace unos 10.000 años. Desde el 3500 hasta el 1200 A.C. Capadocia fue parte del poderoso estado hitita. Cerca del año 800 A.C. los frigios se apoderaron de la administración. Quinientos años más tarde fueron desplazados por los persas. Alejandro Magno ocupó el territorio en el 333 A.C. En su pasado histórico, Capadocia fue también un estado del Imperio Romano, parte del Imperio Bizantino, un lugar de refugio de muchos de los primeros santos cristianos que vivieron y enseñaron allí, entre ellos San Pablo. Hoy Capadocia es una importante región de la Turquía moderna, relevante para la agricultura y el turismo.

Las características geológicas del lugar han dado pie a que sus paisajes se describan a menudo como "paisajes lunares". La tierra del lugar, llamada toba calcárea, ha adquirido formas caprichosas tras millones de años de erosión, y es lo suficientemente débil para permitir que el ser humano construya sus moradas escarbando en la roca, en vez de erigir edificios. De esta forma, los paisajes lunares están llenos de cavernas, naturales y artificiales, muchas de las cuales continúan habitadas.

Chimeneas de las HadasLa situación geográfica de Capadocia la hizo encrucijada de rutas comerciales durante siglos, y también objeto de continuas invasiones. Los habitantes de la región construyeron refugios subterráneos (ejemplos que pueden ser visitados son las ciudades de Kaymakli y Derinkuyu), donde ciudades enteras podían refugiarse en el subsuelo, y subsistir durante muchos meses sin arriesgarse al exterior. Estas ciudades subterráneas estaban construidas de varios niveles (la ciudad de Kaymakli tiene nueve subterráneos, aunque solamente cuatro están abiertos al turismo, y el resto están reservados para investigación arqueológica y antropológica), y estaban equipadas con respiraderos, caballerizas, panaderías, pozos de agua, y lo necesario para albergar poblaciones que podían llegar hasta 20.000 habitantes. Cuando estas ciudades subterráneas fueron usadas durante el cristianismo bizantino, algunas cámaras fueron adaptadas como templos y decoradas con frescos en las paredes.

Los arqueólogos piensan que las comunidades subterráneas fueron iniciadas por los hititas y expandidas por los cristianos primitivos hasta transformarse en grandes complejos con conductos de aire, cocinas, casas, iglesias, pozos de agua, establos para caballos y bodegas. Estos elaborados sistemas subterráneos fueron usados por los primeros cristianos de Turquía como refugio y como sitio seguro donde vivir y profesar su fe.


Chimeneas de las Hadas


Las fuerzas conjuntas del hombre y la naturaleza han creado las tres maravillas de Capadocia: sus "chimeneas de las hadas" (pilares cónicos de roca volcánica coronados de basalto) en los valles únicos que semejan paisajes de otro planeta; las antiguas ciudades subterráneas y las iglesias cristianas de 1.500 años de antigüedad, cavadas en la roca. Todo ello, concentrado en un área de aproximadamente 100 km2.

Se formaron gracias a la erosión ejercida durante miles de años en montículos formados en su parte inferior de tufa (tierra frágil de origen volcánico), y en la parte superior de basalto y andesita. Durante el cuarto período geológico, las lluvias erosionaron estas formaciones, dejando montículos de tufa coronados por un sombrero de basalto duro, cuya altura puede llegar a los cuarenta metros. Las rocas de duas de la parte superior protegen a las rocas blandas de la parte inferior haciendo un efecto paraguas.


Derinkuyu


Bar en DerinkuyuDerinkuyu es una ciudad y distrito de la provincia de Nevşehir en Anatolia central, Turquía. En el censo de 2000, la población del distrito era de 24.631 habitantes, de ellos 11.092 correspondían a la ciudad de Derinkuyu. El distrito posee un área de 445 km2, y la elevación media es de 1.300 m, con el monte Ertaş de 1.988 m como punto más alto.

Localizada en la región de Capadocia, Derinkuyu es conocida por ser la de mayor atracción turística de las 37 ciudades subterráneas abandonadas de esta región.

Derinkuyu se encuentra 29 km al sur de Nevşehir, y su nombre significa pozo profundo. Antiguamente llamada Melengübü, se cree que el lugar fue ocupado desde el siglo VII, aunque algunos arqueólogos especulan que es más antigua que Kaymakli, otra famosa ciudad subterránea de la zona; ya que el primer nivel pudo haber sido escarbado por los hititas alrededor del año 1400 a. C.

De las ciudades subterráneas de esta zona hablaba el historiador griego Jenofonte. En su obra Anábasis explicaba que las personas que vivían en Anatolia habían excavado sus casas bajo tierra y vivían en alojamientos lo suficientemente grandes como para albergar una familia, sus animales domésticos y los suministros de alimentos que éstos almacenaban.

Iglesia en Derinkuyu La facilidad de excavar el suelo volcánico de la zona, llevó a los moradores de Derinkuyu a crear una ciudad de varios niveles subterráneos, que fue utilizada como refugio de las frecuentes invasiones a Capadocia, en las diversas épocas de su ocupación.

Las excavaciones arqueológicas modernas comenzaron en 1963, y han llegado a los cuarenta metros de profundidad, revelando la existencia de entre 18 a 20 niveles subterráneos, aunque solamente es posible visitar los ocho niveles superiores. El resto está parcialmente obstruido, o reservado para la investigación arqueológica y antropológica. Fue abierta a los visitantes en 1969 y hasta la fecha sólo el diez por ciento de la ciudad subterránea es accesible para los turistas.

En el interior de la ciudad, pueden observarse establos, comedores, salas para el culto, cocinas (aún ennegrecidas por el hollín de los hogares), prensas para el vino, bodegas, cisternas de agua y áreas habitacionales. La ciudad cuenta con pozos de agua y galerías de comunicación.

En total, se han detectado 52 pozos de ventilación. Se calcula que estas instalaciones eran suficientes para dar refugio a diez mil personas. El laberinto de corredores cuenta además con tres puntos estratégicamente seleccionados, cuyo acceso podía ser bloqueado, desplazando las rocas adyacentes; impidiendo así la entrada de visitantes indeseados. Además, la ciudad tiene un túnel de casi 8 km de largo, que se cree la conectaba con la vecina ciudad subterránea de Kaymakli.


Kaymakli


KaymakliEs una de varias ciudades subterráneas (Mazi y Özkonak) y abandonadas en la región de Capadocia, en Anatolia central, Turquía. Se piensa que fue probablemente construida entre los siglos V y X. Aunque la falta de decoración y documentación hacen difícil fijar estas fechas, y ha sido ocupada por diversas culturas a través de los siglos. Su función principal era guarecer a los habitantes de la región en caso de invasiones. Su posición estratégica en el centro de la región de Capadocia (20 kilómetros al sur de Nevşehir), la hacía un refugio fácilmente alcanzable por los moradores.

La ciudad fue escarbada en el débil subsuelo ceniciento de Capadocia. Esta alcanzó un tamaño tal que podía recibir a cientos de personas, guareciéndolas por espacio de hasta seis meses. Tiene nueve niveles subterráneos descubiertos hasta ahora, de los cuales los cuatro superiores están abiertos al turismo. Los inferiores permanecen parcialmente obstruidos, o reservados para investigadores. Fue descubierta en 1964.

Tiene una sola entrada; pero una vez en el subsuelo, se extiende por 2,5 km². En el interior se encuentran áreas destinadas a almacenes de alimentos, establos, cisternas, cavas, cocinas, iglesias e inclusive sepulturas dispuestos en un laberinto de túneles y escaleras. En las cocinas, se aprecia que las paredes y el techo están impregnados de hollín. En las iglesias existen restos de los frescos bizantinos que las adornaban.

La ciudad cuenta con pozos de ventilación. La entrada es protegida por una piedra en forma de disco que se hacía girar para bloquear el paso por completo, y que solamente podía hacerse girar desde dentro. Un segundo disco protege la ciudad, unos metros más adentro sobre el túnel de entrada: como "doble seguro" en caso de que la primer entrada fuese franqueada. Existe un túnel subterráneo en dirección a vecina ciudad subterránea de Derinkuyu (9 km al sur), aunque el túnel no ha sido completamente liberado por lo que no se sabe si en la práctica existía comunicación subterránea entre estos dos refugios.

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